La fuente de Levante de la plaza de Luceros no vive su mejor momento. Al color desgastado de algunas partes del monumento se suman las pequeñas grietas en algunos de ellos, a las que hay que añadir las manchas negras, verdes y anaranjadas. A su vez, algunas «estalactitas» cuelgan de los caballos y de otras figuras de esta fuente, distinguida por ocupar el centro de la ciudad de Alicante y que es el núcleo de acontecimientos tan importantes como las mascletás de Hogueras o las celebraciones del Hércules CF.
Son muchos, según los expertos, los motivos que explican este deterioro visible apenas unos años después de la reciente restauración. Uno de ellos es “el arrastre del agua hacia el exterior de los óxidos que el hormigón del monumento tiene dentro”, explica el restaurador Enrique Jordá en relación con las manchas anaranjadas que se acumulan en la fuente. “El hormigón tiene varillas de hierro que con el tiempo se oxidan” y producen este efecto, según considera.
Las estalactitas se producen por el goteo continuo de agua y el depósito progresivo de cal
El mismo profesional identifica las manchas verdes con la acumulación de líquenes, resultantes de la interacción entre hongos y algas unicelulares, habitual en lugares húmedos como una fuente. Otra presencia inesperada en los elementos que forman la fuente son las «estalactitas», que algunas cuelgan de la tripa o del morro de los caballos, “producidas por el goteo continuo de agua y el depósito progresivo de cal”. Algo que, según Jordá, “es evitable con tareas de mantenimiento”.
Líquenes y una estalactita en el monumento de la fuente de la plaza de Luceros de Alicante. / Alex Domínguez
Las grietas, por otra parte, son según el experto el resultado del “aumento de los refuerzos de hierro internos por la oxidación”.
No solo la humedad y la antigüedad de este monumento casi centenario serían los factores que explican su deterioro. Fuentes de la administración argumentan que “las vibraciones son muy fuertes”, especialmente durante las mascletás (siete al año), aunque hay otros elementos como la polución derivada del tráfico constante en este lugar central de Alicante o el paso subterráneo del tranvía que tampoco serían beneficiosos para la fuente.
Rubén Bodewig, miembro de la entidad cultural Alicante Vivo, considera que “las fisuras son parte de la patología de la propia fuente, que no es de piedra natural y hay un empeño constante en darle cura y tratamientos, pero a la fuente lo que le afectan son los materiales con los que se construyó”. Este arquitecto entiende que la fuente “está llegando al final de su vida útil”, por lo que apuesta por “hacer una réplica exacta con la tecnología disponible, a través de un escáner, y que la fuente original se lleve a un museo”.
La fuente está llegando al final de su vida útil y habría que replicarla con la tecnología disponible
Cualquier mantenimiento, según Bodewig, “no hará que el problema deje de existir”, aunque sí que podría “paliar” los desperfectos visibles. “Quien crea que una fuente de este tipo estará intacta hasta el final de los tiempos no tiene en cuenta los materiales con los que fue construida”, añade.

El sellado de grietas provocadas por la oxidación de los hierros internos puede ayudar a que entre menos agua en el interior, según los expertos, retardando algo la oxidación, aunque este fenómeno sería imposible de erradicar en su totalidad. / Alex Domínguez
Como “es normal que esto pase”, el miembro de Alicante Vivo apuesta por replicar el monumento “antes de que su deterioro sea más irreversible” y que “se substituya con una copia exacta”, sin olvidar que “mientras se mantenga la actual es necesario un programa de cuidados muy intensivo”.
Casi cuatro años de su restauración
En junio de 2021 empezaron las obras de restauración de la fuente de Luceros tras una inversión municipal de 302.000 euros. Los trabajos fueron llevados a cabo por la empresa Estudios Métodos de Restauración SL, desde donde se han remitido al Ayuntamiento de Alicante para explicar la actual situación, aunque el gobierno local tampoco ha contestado a las cuestiones planteadas por el momento.

Color anaranjado en la fuente de Levante de la plaza de Luceros de Alicante / Alex Domínguez
En diciembre, seis meses después, la fuente esculpida por Daniel Bañuls en 1931 ya se podía ver totalmente restaurada y con agua en su alrededor tras un tiempo en el que las fuentes no funcionaron.
Precisamente, la restauración se llevó a cabo tras detectar el problema generado por los hierros de la escultura, que originaba corrosión. Parte de estos hierros fueron repuestos con fibra de vidrio “respetando al máximo la pieza original”, según explicó en su momento Jaume Giner, arquitecto y director facultativo de la obra.
En aquel momento los técnicos ya existieron que, como se trataba de una restauración y no de hacer una nueva fuente, su color no sería “blanco radiante” al acabar los trabajos. El objetivo era “ser lo más respetuosos posibles con el monumento”. Casi cuatro años después, los problemas vuelven a relucir en la fuente más famosa de Alicante.