La Ultra Naciente de la UD Las Palmas quiere atención. Los aficionados más radicales del conjunto amarillo se colocaron en el punto de mira ayer por partida doble: primero con los incidentes acontecidos por la mañana con los ultras del Alcalá en una reyerta que dejó dos heridos, y unas horas más tarde abandonando el Estadio de Gran Canaria y siendo el runrún de toda una afición que no terminaba de entender lo que pasaba.
Según explican testigos, esta parte de la grada abandonó el estadio por varios motivos de peso. El primero de ellos, en los controles de la entrada no les dejaron pasar gran parte del material que tenían preparado para el encuentro como bombos o megáfonos. A ello se suma un control de alcoholemia que hizo que todos aquellos que dieron positivo se quedaran sin entrar por orden policial. Unas nuevas medidas implementadas por LaLiga que afectaron de manera directa a una Ultra Naciente señalada y que pone de manifiesto si deben seguir entrando o no al Estadio de Gran Canaria con una variedad de opiniones.
Con lo ocurrido durante la mañana en boca de muchos, la sorpresa llegó en el minuto 20 de partido, con el marcador a cero y con una UD necesitada de apoyo. La grada ya estaba poblada y ocupada con varios del grupo, pero fue llamativo que no hubieran hecho ningún cántico. Mientras, en la puerta se podía ver cómo había una gran presencia policial junto a varios aficionados, lo que hizo pensar que algo no iba bien. En el momento menos esperado, todos se levantaron y abandonaron el estadio «a modo de protesta» con lo que estaba ocurriendo con el resto de la Naciente.
Un adiós repentino
Los aficionados de Las Palmas, atónitos con esa huida, comenzaron a aplaudir ese adiós repentino y fueron ellos quienes cogieron las riendas de un sector de animación que había preferido abandonar las gradas y castigar al escudo.
Las 18.000 almas que vestían de rosa haciendo referencia al día contra el cáncer de mama y los que lo hicieron de amarillo montaron su propia fiesta e hicieron olvidar los cánticos ausentes del sector Naciente. Hicieron la ola, cantaron y saltaron al ritmo de «chicharrero el que no bote», aplaudieron, presionaron y disfrutaron de una victoria merecida y trabajada.
En el otro lado de la moneda queda un grupo que en lo que va de temporada ha protagonizado dos situaciones lamentables: la primera de ellas en el derbi amistoso de La Orotava con el lanzamiento de vallas y la última durante la mañana de ayer. La última palabra la tendrá la UD Las Palmas al decidir si hay o no un castigo.
Vía: La Provincia – Diario de Las Palmas