«La quimio te quita lo malo que tienes pero también muchas cosas buenas». Los efectos secundarios del tratamiento para destruir las células cancerosas son distintos entre las mujeres más mayores y las más jóvenes. Así lo experimentan Amanda Lyne Sánchez García, de 28 años, y Nerea Úbeda Segura, de 27, dos alicantinas diagnosticadas de cáncer de mama a una edad muy prematura. Una noticia para ambas inesperada en una etapa vital en la que el entorno laboral o de pareja son muy distintos a los de pacientes más adultas, como también es distinta la respuesta del cuerpo.
Diagnósticos a edad temprana que no dejan de aumentar, algo que los médicos atribuyen a la contaminación y los alimentos procesados, entre otros factores; y cuanto más jóvenes más agresivo puede ser el tumor. Este domingo se celebra el día mundial de la lucha contra este cáncer.
Mastectomía radical
Amanda y Nerea se han sometido a una mastectomía radical, es decir, se han extirpado ambas mamas. Amanda está en plena reconstrucción porque no tiene los ganglios afectados pero Nerea deberá esperar porque ha de someterse a radioterapia. A ambas las enviaron a preservar óvulos «aun sin saber si queremos ser madres o no». Dos jóvenes que hacían deporte a diario se tuvieron que acostumbrar a convivir con las náuseas y el cansancio, síntomas comunes a todas las pacientes, además de perder el pelo y de pasar por algo que no les tocaba todavía, la menopausia, ya que la regla se va con la quimio. Una menopausia precoz con dolores musculares y sofocos, «muy heavy porque todo se seca a la bestia».
Las jóvenes destacan que cada vez hay más tumores hormonales que tienen que ver con el estilo de vida
Se refieren al sufrimiento de las partes íntimas. «Se pelan por delante y por detrás. Son cosas de las que nunca se habla. Si nos hubieran dicho que nos lubricásemos las partes íntimas, lo que nos habríamos ahorrado, porque es que te sentabas en la taza para hacer pis y te rajabas, era horrible».
Otro efecto secundario, explican, es el estreñimiento, en contraposición a lo que sucede a mujeres de más edad, que suelen sufrir diarrea tras darse la quimio. «Ir al baño, como todo está tan sensible y tan pelado, duele muchísimo. Es el mayor dolor que he sentido en mi vida, es que te mareas». Una de ellas acabó en Urgencias y para que no le doliera tanto, en el hospital le dieron una especie de laxante «que, por cierto, no está subvencionado, para poder ir un poco más blando y no sufrir. Porque sufres mucho y no solo es el día de la quimio, es todo el rato. Se pasa muy mal».
Inyecciones en la barriga
También les mandaron inyecciones de anticuerpos para pincharse ellas mismas en la barriga, una especie de defensas para resistir mejor los ciclos. «Llegó un momento en que no nos entraba la aguja porque se nos puso la piel superdura, como de lagarto», llegando a pincharse hasta nueve veces para que entrara la aguja.
Han sufrido menopausia precoz y han congelado sus óvulos por si quieren ser futuras madres
Tenían la sensación de que ni los médicos sabían explicarles el por qué de todo esto y escucharon más de una vez «será porque sois jóvenes». Su edad, al principio, llevaba a los sanitarios a restar importancia a que sus síntomas fueran los de un cáncer de mama.
Todo esto les llevó a crear en redes sociales un espacio, «La rebotica chismosa«, como proyecto de divulgación y acompañamiento para hablar del cáncer desde una mirada más cercana, real y joven, a la vez que incluso con cierto humor. El estado de ánimo es muy importante para mantener las defensas altas ante el tratamiento y ellas no pierden su amplia sonrisa. En esa cuenta han avisado a algunas seguidoras de las reacciones de sus cuerpos jóvenes al tratamiento y cómo afrontarlas.
Las protagonistas de esta historia se conocieron su primer día de quimio en el Hospital de Alicante / Pilar Cortés
Blog
«Nos hemos buscado mucho la vida pues se gastan muchos productos que no están subvencionados para paliar los efectos y se va mucho dinero en ello. «Queríamos compartirlo y contar un poco nuestro viaje», señalan sobre el blog, en el que se muestran con fotos, y que pretende ser un espacio de encuentro.
«Cuando estábamos con el tratamiento nos encontramos por instagram a un par de chicas que tenían distintos cánceres. De alguna manera, sientes alivio al ver que alguien va por delante de ti, que ha pasado por lo que tú has pasado y que se vuelve a la vida». Por ello pensaron en «hacer algo para que la gente no se sienta sola y recomendar lo que nos ha funcionado» a la vez que abordar temas que se quedan en el tintero, como el sexual y el de la higiene íntima. Ambas tienen el mismo oncólogo, un hombre, «y todo esto no se ha hablado. Hace falta mucha información, hay mucho estigma y tabú, y decidimos hablar de todo ello para ayudar».
Charla sobre autoexploración
Amanda y Nerea participarán el martes en un acto organizado por la Universidad de Alicante y la Asociación Española contra el Cáncer, donde impartirán una charla sobre autoexploración mamaria. Será de 10.30 a 13 horas en la sala de audiovisuales del Rectorado con el lema «El cáncer de mama también es joven. Voces que inspiran«.
Las chicas invitan a las mujeres a palparse el pecho sobre todo en la ducha, donde afirman que se notan más los bultos por el agua y el jabón, que hace efecto lubricante, o con crema. Además, les choca que en las visitas al ginecólogo no se inspeccione el pecho.

Cartel de la charla que ofrecerán el martes en la Universidad de Alicante / INFORMACIÓN
Conexión
Amanda y Nerea se conocieron en el Hospital de Alicante el día en que iniciaban la quimioterapia. Su juventud fue un imán entre mujeres de más edad. En octubre de 2024 la primera se palpó un bultito y en diciembre fue al médico, que le mandó una ecografía urgente. Al final se la hizo en la privada pagando 100 euros porque no la llamaban, un gasto elevado para ella. «Fui a Urgencias y me dijeron que había una lista de espera de seis meses. Lo pillaron en estadio 2, con quimio y demás. Si espero, a lo mejor hubiera sido metástasis». En su caso es genético.
«Fui a Urgencias y me dijeron que había una demora de seis meses. Si espero, a lo mejor hubiera sido metástasis»
Nerea trabajaba en Madrid cuando, también en octubre del año pasado, se detectó en la parte superior del pecho un grano de arroz. Lo dejó pasar y «cuando lo volví a tocar era enorme». En su centro de salud, con un parte urgente, le dieron cita para un mes y medio. La vieron en febrero, los médicos se alarmaron y le hicieron mamografía, ecografía, biopsia y TAC: era cáncer. Decidió venirse a Alicante, donde vive su familia, y tratarse aquí. «Lo piensas y es una estupidez pero lo primero que pregunté es si me iba a quedar calva».
«La médico cambió la cara y me dijo que me iban a hacer mamografía, ecografía, biopsia y TAC»
Amanda lo pilló a tiempo, ha pasado por doce ciclos de quimio, pero Nerea ha sufrido vaciamiento axilar, necesita radioterapia y se pregunta qué habría pasado si hubiera ido al médico cuando el bulto era un grano de arroz. Ambas tienen el mismo cáncer, HER2 negativo, y están con un tratamiento hormonal. «No eres ni una guerrera ni una superviviente. No pasa nada, se va a acabar, vas a ser tú otra vez y a seguir con tu vida», finaliza Amanda.
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