En medio del más puro entusiasmo, una noticia detuvo las celebraciones del pueblo gazatí. El periodista Saleh Aljafarawi había sido asesinado. ¿Por qué? ¿Cómo es posible?, se preguntaban muchos, si ahora por fin el alto el fuego había entrado en vigor. Pero ahí estaba el cuerpo sin vida de Saleh, aún con su chaleco de prensa. Los primeros informes revelaban que este joven de 28 años de Ciudad de Gaza, que había sobrevivido a más de 735 días de la más brutal de las ofensivas militares israelíes, había sido secuestrado, golpeado y baleado siete veces. ¿Quién estaba detrás de tal violencia? Un temor renovado entre la recién liberada población gazatí brotó: ¿podrían ser ellos los próximos? Sin embargo, no saben a quién temer, pues el nuevo enemigo aún está por determinar.
La entrada en vigor del alto el fuego en Gaza ha dejado mucho alivio, a la par que incertidumbre. Sin un plan claro sobre quién controla el poco pedazo de enclave que han dejado las tropas israelíes —sólo se han retirado hasta la mitad del territorio—, hay muchos interrogantes sobre el futuro más inmediato de los gazatíes. Esta nueva etapa de supuesto cese de hostilidades ha empezado con una serie de asesinatos por parte de Hamás de colaboradores israelíes. Pero los milicianos del grupo palestino no fueron quiénes mataron a Aljafarawi. Fuentes palestinas afirman que había sido secuestrado, torturado y asesinado por una «milicia armada» que colaboraba con Israel.
Presentes en las calles
Con la entrada en vigor del alto el fuego y la retirada de los soldados israelíes, los milicianos de Hamás han vuelto a hacer acto de presencia en las calles gazatíes. Durante los dos años de guerra, la policía del grupo, conocida por su represión a la disidencia, se había disipado en gran medida. Mientras, poderosos clanes locales y bandas armadas habían pasado a ocupar su lugar. Algunas de ellas se oponían abiertamente a Hamás y eran respaldadas por Israel. Muchas han sido acusadas repetidamente de secuestrar la ayuda humanitaria y venderla con fines de lucro, agudizando la crisis de hambruna en la Franja. Como las Fuerzas Populares de Yasser Abu Shabab, señaladas directamente por Naciones Unidas.
Una investigación reciente de Sky News ha descubierto que «su milicia está recibiendo alimentos de la Fundación Humanitaria de Gaza«, la polémica iniciativa apoyada por Tel Aviv y Washington, y que «Israel les permite contrabandear dinero en efectivo, armas y automóviles a Gaza». Con el objetivo de «divide y vencerás», las autoridades israelíes han dado apoyo a estos grupos para servir de contrapeso a Hamás, que ya se ha enfrentado a ellos. Cerca del paso israelí de Kerem Shalom, por donde entra la poca ayuda humanitaria que llega al enclave, se encuentra la sede de estas Fuentes Populares. Varios vídeos compartidos en redes sociales muestran que allí los residentes cuentan con abundantes suministros de alimentos, fajos de dinero en efectivo, teléfonos inteligentes nuevos y motocicletas todoterreno importadas.
Fotografía de archivo de milicias de las Brigadas de Al-Qasam, brazo armado del movimiento islamista Hamás. / MOHAMMED SABER / EFE
Estado de Hamás
«Aunque Hamás no tiene ninguna herramienta para amenazar a Israel en este momento, cuentan con una reserva infinita de reclutas para mantener una insurgencia a largo plazo dentro de Gaza», explica Muhammad Shehada, escritor y analista gazatí, a EL PERIÓDICO. «Sin embargo, si el genocidio termina mañana, veremos a mucha gente abandonar Hamás», añade. El grupo es consciente de ello y, por eso, pese a que a lo largo de estos dos años sus miembros se habían mantenido lo más escondidos posibles, ahora visten sus uniformes entre la devastación gazatí a conciencia. A su vez, han decidido emprender acciones violentas contra aquellos que les disputan el poder.
Decenas de palestinos sospechosos de oponerse a su gobierno y colaborar con Israel han sido asesinados por miembros de Hamás. Además, se han encargado de publicar vídeos en redes sociales con estas ejecuciones públicas, como la de ocho hombres con los ojos vendados, atados y arrodillados en la calle, rodeados de una multitud de espectadores. Una fuente de seguridad palestina en Gaza ha dicho a la Agence France Presse que el cuerpo de seguridad de Hamás ha establecido recientemente una unidad cuyo nombre se traduce como «Fuerza de Disuasión«, que ha comenzado a realizar «operaciones de campo continuas para garantizar la seguridad y la estabilidad». «Nuestro mensaje es claro: no habrá lugar para los delincuentes ni para quienes atentan contra la seguridad de los ciudadanos», ha afirmado.
Mensajes de Trump
Según Al Jazeera, tras duros combates el domingo, el Ministerio del Interior de Gaza emitió una amnistía general para los miembros de bandas que no participaron en el derramamiento de sangre. En junio, funcionarios israelíes admitieron haber armado a bandas de Gaza, algunas de las cuales tienen vínculos con el Estado Islámico, en un intento de desestabilizar a Hamás. Sin embargo, todas estas acciones, junto a la renovada presencia en las calles, han puesto de relieve que Hamás sigue siendo la fuerza palestina más dominante en Gaza, a pesar de los golpes masivos infligidos por Israel durante dos años de guerra. «Hamás dejó de ser una amenaza para Israel a partir de febrero de 2024, porque se quedaron sin cohetes y perdieron todos los túneles que cruzaban a Israel o Egipto», constata Shehada.
«No tienen ninguna herramienta para amenazar a Israel ahora mismo, aunque sí que pueden ser una amenaza para los soldados israelíes dentro de Gaza«, añade. Algunos de los líderes de estas milicias han respondido públicamente a Hamás, con vídeos diciendo que no se me amedrentarán ante sus ataques. Un oficial cuyas tropas de combate se retiraron de Gaza en los últimos días ha declarado a Haaretz que los soldados pueden ver desde los puestos de observación que miembros armados de Hamás están disparando contra los palestinos que han tratado de resistirlos o que son sospechosos de ayudar a Israel, pero han recibido instrucciones de no intervenir. De momento, no queda claro quién defenderá a estos palestinos según el acuerdo. No hay información concreta sobre si las tropas israelíes o la llamada fuerza internacional de estabilización que se espera que entre en la Franja podrán atacar a Hamás si no cumple con los términos del acuerdo.
Además, los mensajes que manda el presidente estadounidense Donald Trump resultan contradictorios. Hace tres días, el líder republicano parecía aplaudir sus acciones. «Eliminaron a un par de pandillas que eran muy malas, muy malas», dijo a los periodistas el martes. «Y las eliminaron, y mataron a varios pandilleros, y eso no me molestó mucho, para ser honesto; está bien», concluyó. En cambio, este jueves, el tono había cambiado radicalmente. «Si Hamás continúa matando gente en Gaza, lo cual no estaba dentro del acuerdo, no tendremos más opción que entrar y matarlos«, advirtió en un escueto mensaje en su red social Truth Social.
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