El Gobierno de Pedro Sánchez quiere poner broche final a un capítulo negro de la historia de España, que desterró a la muerte y al olvido a miles de personas que yacen todavía en fosas. Uno de sus primeros hitos tras su llegada a la Moncloa fue la exhumación de Francisco Franco del Valle de Cuelgamuros, y de aquí a 2028 se fija como objetivo la desaparición de las fosas susceptibles de exhumación. Una meta que aspiran a alcanzar en el II Plan Cuatrienal de exhumaciones 2025-2028, que se centrará en las grandes sepulturas y en la identificación de familiares.
En 2021, cuando se lanzó el I Plan Cuatrienal, algunos estudios estimaban que quedaban unos 20.000 susceptibles de exhumar. Desde 2019, se han realizado 8.941 exhumaciones de víctimas en toda España, según las últimas cifras, de las cuales 6.000 han sido financiadas directamente por los planes cuatrienales.
La ley de memoria democrática establece que el Estado es el responsable de las exhumaciones y es quien debe financiarlas, en lugar de que particulares, asociaciones o ayuntamientos procedan por su cuenta, como había sucedido hasta ahora. En septiembre se destinó una partida de 2,4 millones a financiar estos trabajos; uno de ellos fue a la Federación de Municipios y Provincias (FEMP) para coordinar las actuaciones; en este segundo plan se incorporan además de a comunidades autónomas y ayuntamientos, las diputaciones provinciales y cabildos, que tendrán «un papel clave», señalan desde la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, dependiente del Ministerio de Política Territorial.
El nuevo plan se fija como objetivo la exhumación de las grandes fosas. “Nuestro compromiso es que el grueso de las grandes intervenciones esté resuelto en los próximos tres años”, señalan desde este departamento Entre ellas destacan las de San Eufrasio (Jaén), con 1.800 víctimas y trabajos ya iniciados; el cementerio de la Soledad (Huelva), donde se calcula la presencia de 1.100 cadáveres y ya se han exhumado 200; y el cementerio de San Fernando (Sevilla), donde la fosa de Pico Reja ya ha permitido recuperar 1.786 cuerpos y resta por intervenir la conocida como fosa del Monumento, con unos 2.100.
También se actúa en los cementerios de San Rafael y La Salud (Córdoba), que albergan en torno a 4.500 víctimas. “Ahí se pone el principal foco para avanzar y conseguir el objetivo de que en tres años y medio se haya dado un salto definitivo”, explican desde la Secretaría de Estado. Otros proyectos avanzan en Alicante, con cerca de 1.000 cuerpos pendientes, tras la reactivación de las excavaciones, además de Manzanares o Riotinto.
Entre las fosas de mayor complejidad se encuentra la del Valle de Cuelgamuros, la mayor de España. “En Cuelgamuros hay en este momento 213 peticiones familiares. Se está trabajando en la cripta del Santo Sepulcro y se ha avanzado en los niveles 0, 1 y 2, para después abordar el 3 y el 4”, apuntan. “Las exhumaciones continúan, y se envían muestras genéticas para la identificación de los restos, aunque el proceso ha sido interrumpido en varias ocasiones por recursos de la extrema derecha». En el caso de Cuelgamuros, desde la Secretaría de Estado destacan que que el nuevo plan permitirá buscar los cuerpos reclamados y, con suerte, identificarlos y entregarlos a sus familiares. Una empresa extremadamente difícil: «Desearíamos encontrar cuanto más mejor para que los familiares les den digna sepultura», destacan.
El Gobierno mantiene que el trabajo se realiza “con criterios científicos y garantías”, tras décadas de actuaciones previas en las que no se procedía a la identificación genética. “En los primeros años de la Transición hubo exhumaciones sin rigor. También hay fosas que desaparecieron por cambios en las carreteras o fueron vaciadas en los años cincuenta sin consultar a las familias», explican.
Identificación y memoriales
Ante la previsión de un gran volumen de exhumaciones, el nuevo plan también estará centrado en la identificación de las víctimas y localización de familiares. También en la creación de memoriales, lugares donde dar sepultura digna a quienes no han podido ser identificados o cuyas familias no han sido localizadas por análisis de ADN.
En septiembre el Gobierno publicó un decreto con financiación para crear memoriales en el Barranco de Víznar (Granada) y Nerav (Huelva). En las actuaciones de exhumación de fosas desarrolladas con financiación estatal en ambos municipios se han recuperado 266 víctimas en Nerva y 171 en Víznar, la localidad en la que desapareció el poeta Federico García Lorca, cuyos restos no han sido localizados. Sevilla (Pico Reja), Valladolid, Pajares de Adaja (Ávila) o León son otros lugares donde se han puesto en marcha estos memoriales.
El Plan Cuatrienal de Exhumaciones se desarrolla en paralelo al proyecto de resignificación del Valle de Cuelgamuros, que busca “explicar quién lo construyó, en qué régimen autoritario y cuál fue su significado simbólico”.
El concurso de ideas que está en marcha ha seleccionado ya diez propuestas para la nueva narrativa, y a final de este mes se fallará el ganador. En 2026 se espera iniciar la transformación del enclave, aunque mientras tanto se seguirán desarrollando los trabajos de exhumación en las criptas.
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