El tesorero del FC Barcelona, Ferran Oliver, quiso abordar sin rodeos uno de los temas más sensibles que habían sobrevolado los días previos a la Asamblea de Socios Compromisarios: la posible venta de Barça Licensing & Merchandising (BLM), la empresa que gestiona todo el negocio de productos oficiales y de merchandising del club.
En las últimas semanas, la cuestión había vuelto a la agenda pública a raíz de la iniciativa impulsada por el socio Marc Ciria, quien promovió una recogida de firmas para solicitar que la Asamblea revocara el permiso otorgado en 2022 a la junta directiva para vender hasta un 49% de BLM. La propuesta había despertado inquietud en algunos sectores del barcelonismo, temerosos de que la operación pudiera suponer una pérdida de control sobre uno de los activos más estratégicos del club.
BLM, la joya de la corona del área comercial del Barça / FCB
Oliver quiso despejar cualquier duda desde el primer momento: “En ningún momento esta junta directiva se ha planteado vender el 49% de BLM. No entiendo cómo aún hay gente a quienes ya les hemos explicado esto y siguen insistiendo en ello”, afirmó visiblemente molesto por lo que considera una manipulación interesada del debate.
Fines electorales
El dirigente insistió en que la junta no solo no contempla vender participaciones de BLM, sino que considera la empresa como una pieza esencial dentro del modelo de propiedad del Barça. “Yo soy el menos político de los compañeros de la junta, pero me molesta profundamente cuando alguien malinterpreta los números”, dijo. “Hay gente que ha usado este tema con fines puramente electorales, porque lo único que hicimos fue buscar cuál era la valoración de la compañía”.

Marc Ciria en ‘La Posesión’ / SPORT.es
Esa valoración, cifrada en 800 millones de euros, había sido uno de los puntos que alimentaron la controversia. Oliver explicó que el propósito de solicitarla no fue preparar una venta, sino establecer un valor de referencia para presentar ante los socios compromisarios y situar a BLM dentro del marco económico general del club. “BLM hoy por hoy vale 800 millones de euros. Y no se ha planteado, ni se planteará, vender BLM”, sentenció, cerrando cualquier interpretación ambigua.
En su intervención, el tesorero también quiso reivindicar la recuperación progresiva del área comercial del Barça, que ha pasado de años de estancamiento a convertirse nuevamente en una fuente sólida de ingresos recurrentes. Oliver recordó que la marca Barça continúa siendo una de las más reconocidas a nivel mundial y que el crecimiento del negocio de licencias, tiendas oficiales y venta online forma parte del plan estratégico que encabeza la actual junta directiva.
El objetivo, insistió, es reforzar la autosuficiencia financiera del club, sin depender de operaciones coyunturales ni de la entrada de capital externo que comprometa la naturaleza asociativa de la entidad. En ese sentido, el tesorero alineó su mensaje con el defendido por Joan Laporta durante toda la Asamblea: preservar el modelo de propiedad de los socios como eje central de la identidad del Barça.