«Hablar no es lo mismo que comunicar»

-¿Hablar en público no es algo ya superado?

-Quizá lo era antes. Pero ahora vivimos en la economía de la atención y, por tanto, captar y mantener el interés de la audiencia es una tarea cada vez más escurridiza. Nuestra capacidad para atender ha caído, y con ella, la eficacia de cualquier mensaje.

-¿Tanto nos afectan las pantallas?

-Desde luego. La digitalización de las relaciones reduce las oportunidades de entrenar habilidades comunicativas: gran parte de nuestra interacción es escrita y el resto con audios. Ninguna de ellas mejora la capacidad de hablar en público en tiempo real.

-Sin embargo, en las empresas se imparten cursos de presentaciones eficaces.

-Eso era antes también. Con la popularización del PowerPoint entre los 90 y los primeros 2000, las organizaciones promovieron esas formaciones de forma masiva. Pero luego dejó de hacerse, bajo la falsa suposición de que esta habilidad ya estaba integrada. Las generaciones que vinieron después no recibieron tanta formación, con la consiguiente merma de su capacidad para expresarse con impacto.

-¿Todos necesitamos aprender a hablar en público?

-Claro. Saber hablar no es lo mismo que saber comunicar. Aunque, sobre todo, lo necesitan aquellas personas para las que hablar bien es crítico. Por ejemplo, estudiantes que presentan su TFG o TFM, o su tesis. O personas que preparan oposiciones. Y desde luego profesores, sobre todo universitarios. O emprendedores, que buscan conseguir financiación presentando sus ideas. Y muchos otros.

-¿De todos los perfiles con los que trabajas, cuál te parece más interesante?

-El ejecutivo con responsabilidad en empresa grande o multinacional. Son ámbitos donde la presentación de información es frecuente y se usan plantillas corporativas que limitan la expresividad. Además, muchas reuniones son por videollamada, lo que lo hace aún más difícil. Destacar e influir en estas empresas conlleva entrenarse mucho para lograr una comunicación brillante.

-Compartes consejos sobre cómo hablar en público en TikTok. ¿No te parece un poco frívolo, dada la importancia que le confieres a esta habilidad?

-Buena pregunta. Yo pienso que aceptamos más las propuestas que se parecen a los formatos que consumimos en nuestro tiempo de ocio. Sinceramente, no creo que nadie pueda aprender a hablar en público viendo vídeos de TikTok, pero pienso que sí puedo crear la conciencia de que esta habilidad tiene sus propios principios y técnicas, al tiempo que comparto algunas pistas.

-¿Entonces, todos podemos ser grandes conferenciantes?

-Como en todo lo que afecta al aprendizaje humano, hay personas más dotadas para ciertas habilidades, aunque todos podemos mejorar en cualquiera de ellas. Y, por supuesto, también podemos empeorar si nos descuidamos, claro.

-Llevas más de diez mil horas hablando en público, una cifra difícil de igualar. ¿Qué te han enseñado todos estos años?

-La verdad es que los años no me han enseñado nada. Es un error pensar que mejoramos con la repetición. Me explico: puedes llevar treinta años en cualquier profesión pero si desde el principio haces algo mal, es posible que lleves repitiendo el mismo error una y otra vez. No mejoramos con la simple práctica, sino que mejoramos con la práctica deliberada. Es decir, cuando tenemos una forma estructurada de aprender y cuando alguien nos orienta sobre nuestras fortalezas y progresos. Es lo que yo he hecho y lo que sin duda recomiendo.

-Por último, ¿me revelarías una estrategia fácil que mejore mi comunicación?

-Por supuesto: guarda tres segundos dramáticos antes de decir cualquier cosa que consideres importante. Esto deja a tu interlocutor pendiente de tus palabras e incrementa significativamente el impacto de tu mensaje.

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