Si existe una sola certeza en este Real Madrid de Xabi Alonso, esta tiene el nombre de Kylian Mbappé, 15 goles en los 11 primeros partidos de la temporada. Si hay una segunda, que en efecto la hay, es que Arda Güler es el hombre que mejor interpreta al astro francés, el que más le alimenta para que los blancos sigan líderes de LaLiga e invictos en la Champions. Si hay una tercera, es que la sola presencia de Vinícius condiciona, y a ratos desquicia, a los defensas rivales.
El Madrid ni jugó bien ni brilló en Getafe, en una visita siempre áspera en la que las tuberías de su fútbol se atascaron. Fueron los azulones, con dos expulsiones en el tramo final provocadas por Vinícius, las de Nyom y Sancris, que enseñaron a los blancos la salida a su laberinto. Güler la vio y Mbappé, garantía de gol, hizo el resto para que el Real Madrid llegue como líder al clásico del próximo domingo, con dos puntos de ventaja sobre el Barça.
Vinícius y Güler, suplentes
Sin los lesionados Ceballos y Huijsen, y con Arda Güler reposando en el banquillo junto a Vinícius, Xabi Alonso construyó un equipo con deficiencias evidentes en el cuidado del balón. El césped seco y alto del Coliseum, marca de la casa, seguramente le invitó a que su Real Madrid explorara otros caminos hacia el gol, más directos y físicos.
Fue en la primera mitad un Madrid contemplativo, escaso de soluciones cuando se plantaba delante de la férrea línea de cinco defensores, con sus tres mediocentros de escuderos, del Getafe. Solo un par de desajustes de los de Bordalás permitieron a Mbappé quemar yardas hacia la portería de Soria, sin poder impedir que siempre acudieran hasta cuatro oponentes para negarle una definición cómoda.
Mbappé, rodeado de defensas del Getafe. / Mariscal / EFE
Sin noticias de Bellingham
Rodrygo no conectaba con el francés (y ya no es noticia), Mastantuono se limitaba a solos de guitarra, de Bellingham no había noticias y Valverde y Carreras no frecuentaban la línea de fondo. Tanto el 76% de posesión del Real Madrid como sus nueve remates resultaban anecdóticos en un contexto que coincidía más con los anhelos previos de Bordalás que los de Xabi Alonso.
El plomizo arranque de los suyos en la segunda mitad invitó al técnico vasco a introducir a Vinícius por Mastantuono a los diez minutos, desplazando a Rodrygo a esa banda derecha que le construyó un nombre, pero que tan poco le agrada: mejor eso que ser sustituido, pensará. Lo primero que hizo Vini, nada más salir, fue enzarzarse sin necesidad alguna con Juan Iglesias.

LaLiga EA Sports | Getafe – Real Madrid. / AFP7 vía Europa Press / AFP7 vía Europa Press
Arda Güler fue el siguiente comodín al que recurrió Xabi Alonso. Un futbolista, pese a su juventud e inexperiencia, fundamental para que los ataques del Real Madrid ganen velocidad y adquieren sentido. Más aún en contextos tan ásperos como los de que dibuja el Getafe en su estadio.
Nyom, expulsado en un minuto
Bordalás tiró del hombre que más enfatiza ese carácter numantino, el veteranísimo Nyom… que solo duró un minuto en el campo tras soltarle un manotazo a Vinícius con el balón a decenas de metros que propició su expulsión por roja directa. Excesiva o no la sanción, el franco-camerunés compró todos los boletos para durar segundos en el partido.
Dos minutos después, el Real Madrid consiguió al fin vencer la resistencia azulona. Y llegó, cómo no, con Arda Güler encontrando el desmarque de Mbappé. Después, liberado en la frontal, el francés hizo lo que mejor sabe, definir como seguramente ningún otro futbolista en el mundo lo puede hacerlo.
Poco después, Álex Sancris iba a caer en la trampa de Vinícius, dándole una patadita absurda teniendo ya amarilla y provocando que el Getafe acabara la noche con nueve jugadores. Allí murió el partido, aunque el Getafe aún tuvo una en el último instante de Kamara, salvada por Courtois. Porque hasta en noches como la de Getafe se confirma que en la lista de certezas del Real Madrid nunca se puede olvidar al portero belga.
Suscríbete para seguir leyendo