Trump cree que habrá acuerdo sobre Ucrania sin Tomahawks

Por tercera vez desde que Donald Trump asumió el poder, el 20 de enero pasado, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, visita la Casa Blanca. Lo hace apenas unas horas después de una conversación entre Trump y Putin en la que fijaron que se verían para poner fin a la «infame» guerra en Ucrania en una cumbre en Budapest dentro de dos semanas aproximadamente. Trump está ahora convencido de que tanto Putin como Zelenski quieren acabar la guerra por lo que confía en que no sean necesarios los Tomahawk que demandan los ucraniaos.

Al saludarse, Trump ha dado unos golpes en la espalda a Zelenski como señal de afecto. Por primera vez Zelenski ha dormido en la Casa Blair, donde se alojan los invitados de honor de la Casa Blanca. Trump ha confirmado que será una cumbre con Putin pero va a informar a Zelenski, o estarán en contacto. «Creo que Putin quiere terminar la guerra y Zelenski también, aunque ellos no se llevan nada bien», ha dicho Trump, quien ha reconocido que sigue sobre la mesa la opción de los Tomahawks, misiles de largo alcance, si bien prefiere acabar la guerra antes.

«Una de las razones por las que queremos acabar con esta guerra es que no nos resulta fácil proporcionarlos… Esperemos que no las necesiten. Esperemos que podamos acabar con la guerra sin tener que pensar en los misiles Tomahawk», ha señalado. «La amenaza de los Tomahawks está ahí. Son muy peligrosos. Y también los necesitamos nosotros».

Momentum de paz

«Hay un momentum para terminar la guerra en Ucrania. Con su ayuda podemos terminar la guerra. Ellos tiene muchas pérdidas económicas y de vidas humanas», ha dicho Zelenski antes del almuerzo en la Cabinet Room. «Es un gran líder que ha hecho mucho. Nos llevamos bien», ha indicado Trump, que ha remarcado que le parece que era más difícil llegar a un acuerdo en Oriente Medio.

Zelenski ha señalado que hay que reunirse y hay que llegar a un alto el fuego. «Lo que nos importa es la paz. Hemos de vernos y hemos de acordar un alto el fuego. Para los ucranianos es muy importante tener garantías de seguridad, y la OTAN sería lo mejor. Si no, necesitamos armamento», ha añadido.

Trump ha explicado que Viktor Orbán será el anfitrión porque es un líder que le gusta y lo está haciendo bien. Orbán ha asegurado que garantiza que Putin será bien recibido. Es decir, no será arrestado como lo sería en cualquier otro país europeo por la orden de captura del Tribunal Penal Internacional por su supuesta complicidad en el secuestro de miles de niños ucranianos.

Para Zelenski este encuentro es relevante ya que está sobre la mesa el envío de Tomahawk, misiles de largo alcance. El Kremlin ha informado de que consideraría un «acto hostil» el suministro de Tomahawk a Ucrania. Es precisamente esta posibilidad lo que ha hecho que los rusos se muevan rápidamente para conseguir que Trump escuchara a Putin antes de su cita en Washington con Zelenski. La luz verde a los Tomahawk incluso podría hacer mover al Gobierno alemán a aprobar el envío de Taurus. Pero Trump ahora ha alejado esta posibilidad.

La segunda oportunidad de Putin

Putin ha vuelto a la partida. Donald Trump divulgó en su cuenta de Truth Social sus impresiones sobre la conversación con Putin del jueves que se prolongó durante más de dos horas. Según Trump, la charla había sido «productiva». Acordaron que dos delegaciones de EEUU Rusia se verían la semana que viene. La representación de EEUU estaría encabezada por Marco Rubio, secretario de Estado.

Desde la delegación ucraniana presente en Washington han recalcado que es muy significativo que el trato de Zelenski es personal, no por teléfono, en alusión implícita a que el contacto con Putin había sido telefónico. Trump y Putin se vieron el 15 de agosto en Alaska en una cumbre que despertó muchas expectativas pero no llegó a nada, debido a que el líder ruso se niega a aceptar un alto el fuego.

El eventual envío de los Tomahawk y el entusiasmo de Trump con el acuerdo que ha facilitado entre Israel y Hamás han podido convencer a Putin de que tenía que volver a llevar la iniciativa justo en este momento. En primer lugar, para dar a entender que sigue abierto a llegar a algún tipo de acuerdo. Solo por mostrarse dispuesto a quedar con Trump. En segundo lugar, ha podido comprobar cómo Trump en realidad no busca un acuerdo con garantías de seguridad, como los europeos, sino un alto el fuego que pueda presentarse como paz. Lo frágil que pueda ser no le resulta relevante porque considera que eso ya no depende de él. Quizá entonces Putin pueda contentarle, ganar tiempo y volver a la carga en breve.

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