Pisos, pisos y más pisos. Al hablar del desarrollo de Arcosur, es imposible no mencionar inmediatamente la espectacular bolsa de suelos que tiene disponible el emergente barrio zaragozano para construir viviendas. Fruto de ello ha nacido el acuerdo que acaban de cerrar el Gobierno de Aragón, el ayuntamiento, Ibercaja y la junta de compensación, el cual establece, entre otras cosas, el desarrollo de parcelas para un mínimo de 10.000 hogares en el próximo lustro. El objetivo es llegar al 2031 con Arcosur ya urbanizado y a expensas únicamente de que los promotores construyan y den sentido a sus parcelas.
Un crecimiento que provocará un incremento exponencial en la demanda de servicios públicos, aparejado al igualmente exponencial aumento de pobladores. Ahora, las estimaciones detallan unos 7.000 vecinos en el barrio, cifra que se multiplicará por diez, hasta los 70.000, cuando esté ya al 100%. La principal preocupación residirá entonces en la movilidad, con el principal enigma del tranvía. En ese sentido, el ayuntamiento señala 2028 como punto de inflexión, esto es, año en el que se empezarán a notar los picos vecinales.
Hasta ese año, los técnicos municipales consideran que la demanda estará bien cubierta y que, los posibles cambios que se den de aquí a entonces, se podrán solventar modificando las líneas del bus urbano. En estos momentos, Arcosur solo cuenta con la 59, una lanzadera hacia el tranvía con 1.400 usuarios al día que reducirá sus frecuencias con los nuevos pliegos, que entrarán en vigor en 2027. Esta contrata, además, se ha hecho más flexible, pensando precisamente en los barrios del sur, por lo que los cambios en las líneas se acometerán más rápidamente.
Pero, si Arcosur coge el ritmo esperado en los próximos meses, a partir de 2028 eso no bastará. Tanto es así que, en el convenio que el consistorio va a suscribir con la DGA, Ibercaja y la junta, se compromete a «iniciar estudios para valorar la viabilidad de extender la línea del tranvía que actualmente tiene su final, y origen, en el límite oeste de las calles Cantando bajo la lluvia y Un americano en París». Es decir, en Valdespartera. En cualquier caso, esos estudios ya están en marcha. Como ya informó este diario, ampliar la actual línea 1 del tranvía, en sus condiciones actuales, es jurídicamente inviable. Y esa es la única opción descartada a día de hoy.
El resto, que también incluyen la posibilidad de prolongar el tranvía con un nuevo contrato independiente del de la línea 1, todavía están en estudio. Aunque, eso sí, fuentes municipales matizan que esa opción es muy cara y que necesitarían de ayuda externa, especialmente del Gobierno de España, para poder ejecutarla. Pero no está descartada. Otras alternativas más económicas serían el tranbús o líneas de alta capacidad, así como el refuerzo del autobús urbano convencional. Sea como fuere, el tiempo apremia y será a partir de 2028 cuando comenzarán a implementarse.
Equipamientos
Más allá de la movilidad, el protocolo a cuatro bandas también hace referencia a compromisos que el ayuntamiento adquiere con el barrio. Por ejemplo, el consistorio se compromete a impulsar la «redacción de proyectos y ejecución de obras para la construcción de equipamientos públicos de competencia municipal». Estas infraestructuras irán desarrollándose conforme se incrementen las necesidades vecinales, aunque en las últimas semanas ya se han ido anunciando varias, tanto a nivel local como autonómico.
En el primer caso, el pasado septiembre la alcaldesa, Natalia Chueca, anunció la construcción de una nueva escuela infantil por algo más de 3 millones. En el segundo, en el debate sobre el estado de la comunidad el presidente Jorge Azcón anunció un centro de salud justo al lado de dicha escuela. Dos equipamientos que, por cierto, están dentro del nuevo desarrollo del barrio, la fase 2 Sur, que va a ser adjudicada en los próximos días por cerca de 10 millones de euros.