Múnich, Wolfsburgo, Stuttgart o Ingolstadt son ciudades alemanas cuyas cuentas, salvo en épocas de cataclismos, solían exhibir abundancia. Entre sus contribuyentes están gigantes de la automoción como BMW, Knorr-Bremse, Grupo Traton, Krauss Maffei, Porsche, Audi o Volkswagen. Pero ha llegado el momento de las estrecheces, como acaba de constatar la Fundación Bertelsmann en su Informe de Finanzas Municipales 2025 (Kommunalen Finanzreport). «La industria de automoción solo está reportando malas noticias en este momento», ha zanjado el investigador René Geißler, coautor del estudio, a la agencia alemana DPA. Ahora mismo Alemania es el epicentro de un tornado de recortes y cierres de plantas que está sacudiendo el sector a nivel europeo y que la industria achaca a tres factores: la competencia asiática y, sobre todo, la débil demanda de vehículos y el flojo tirón de los eléctricos, que está rebajando muchas marchas al proceso de electrificación del parque. Alemania se resfría pero el constipado se siente por todas partes.
Una retahíla de recortes en proveedores
La última compañía en anunciar un tijeretazo —el mismo día en que el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG) anunciaba un ERE para 150 personas—, ha sido Kostal, especializada en sistemas de cierre centralizado, controles de pantalla o de iluminación LED para el interior de los vehículos. Sus planes pasan por trasladar parte de la producción que tienen ahora en la ciudad irlandesa de Abbeyfeale a su filial de China: conllevaría, anunciaron ayer los sindicatos, el despido de la mitad de su plantilla (400 personas). La «desafiante» situación actual del mercado ha sido el motivo con el que Webasto ha justificado el despido de 300 personas en las instalaciones de Stockdorf y Gilching; la misma compañía ya había prescindido de 650 profesionales el pasado mes de abril. Más concreta fue la dirección de Valmet Automotive, partner de referencia Mercedes-Benz, que prescindirá de un tercio de su plantilla: hay menos carga de trabajo y, aunque ha intentado reconducir su negocio al de la Defensa, esos esfuerzos no han cristalizado. Las bajas se ejecutarán en Uusikaupunki, Finlandia.
Gente cargando un coche eléctrico. / Alba Villar
El impacto en el empleo
La retahíla es extensa. Este mismo mes de octubre bajaba la persiana para siempre la planta de Goodyear Fulda, cuyo cierre llevaba año y medio programado. Había sobrevivido a dos guerras mundiales y a un bombardeo que redujo casi a cenizas su estructura; no pudo con la globalización y la transición verde. Schaeffler, Continental, Stabilus, Mahle (en Cuenca y Paterna), Adient Automotive (Alagón, en Aragón), Teijin Automotive Technologies (Palmela, Portugal), Breyden, MAN Salzgitter o Kiekert son otras proveedoras de componentes que han anunciado recortes en las últimas cuatro semanas, adicionales a los masivos de Bosch y ZF.
El Instituto Económico Alemán (Institut der deutschen Wirtschaft, IW) ha calculado que, solo para Alemania y en un informe avalado por el ministerio federal económico, están en riesgo 98.000 puestos de trabajo vinculadas con esta industria hasta el año 2030.
El CTAG justifica el ERE por una transformación «sin precedentes»
«Un proceso de transformación sin precedentes, condicionado por una combinación de factores económicos, tecnológicos, regulatorios y geopolíticos». Es el motivo que ha expuesto el CTAG para, en un comunicado, justificar el despido colectivo de 150 trabajadores, así como un ERTE de 110 días para toda la plantilla. La entidad, abundó, mantiene su objetivo de «contribuir al aumento de la competitividad del sector de automoción mediante la investigación, la innovación y la transferencia tecnológica».
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