Suma y sigue la lista de fines de semana para olvidar para Pecco Bagnaia. El piloto italiano está viviendo un Gran Premio de Australia especialmente difícil que se tradujo en una penúltima plaza en la ‘sprint’ celebrada en el circuito de Philip Island. En su llegada al box tras la carrera, el piloto de Ducati Lenovo se mostró totalmente desolado y llamó especial atención la reacción del resto del equipo, impasible ante su lamento.
El disgusto no fue para menos. Tras clasificar en decimocuarta plaza, con un tiempo de 1’27.285 (el mejor fue Fabio Quartararo, con un 1’26.465), ‘Pecco’ se embarcó en la carrera al ‘sprint’ y, lejos de iniciar una remontada, comenzó a descender posiciones, hasta terminar en penúltimo lugar, a 32 segundos del ganador, Marco Bezzecchi, en apenas 13 vueltas que dura la carrera. Tan solo quedó por detrás de él Michele Pirro, ‘test rider’ de la marca de Borgo Panigale, quien sustituye a Marc Márquez tras su lesión en Indonesia.
Rodó más lento que la Moto2
Otro dato alarmante que dejó la carrera del turinés es que llegó a rodar incluso por debajo de la pole de Diogo Moreira en Moto2, que el brasileño estableció tan solo unos minutos antes en 1:29.817. Bagnaia registró varias veces un 1:30 durante la carrera.
El dos veces campeón en MotoGP llegó cabizbajo al box, sin decir una sola palabra. Se sentó en su silla y no se quitó el casco ante la presencia de cámaras en el box. Por su parte, Gigi Dall’Igna, uno de los rostros más destacados de la marca, miraba para otro lado y no hacia ademán de consolarle. Un claro reflejo del desconcierto que existe en el box de la constructora italiana.
«En la sprint fue un pasajero, simplemente eso. Tuve que cerrar el gas varias veces para evitar que la moto se zarandeara. Está muy claro que la moto se mueve mucho. Llevamos mucho tiempo intentando entender qué pasa. No es nada relacionado con la puesta a punto o la electrónica, eso está claro. Lo normal es lo que pasó en Japón», explicó tras el desastre, en unas declaraciones recogidas por ‘Motorsport’.
Por otro lado, tiró de total sinceridad para asegurar que si su compañero Marc Márquez, ya coronado como campeón, hubiese podido viajar a Australia, habría logrado buenos resultados. «Si Marc estuviera aquí probablemente estaría en el podio, pero yo no logro que las motos dejen de moverse», expresó.
Japón, la excepción a la regla
Ya el viernes las sensaciones no fueron de las mejores. Fue séptimo en la primera sesión del fin de semana y durante la jornada vespertina terminó noveno, a 0.640 y metiéndose a duras penas entre los diez primeros para lograr el pase directo a la Q2 del sábado.
‘Go Free’ sigue en una espiral de resultados negativos que no han hecho más que empeorar a lo largo de la temporada. Tocó fondo el pasado fin de semana en el trazado indonesio de Mandalika, partiendo desde la 16ª plaza, y sin poder pasar de la decimocuarta en la ‘sprint’, y el domingo sufrió una extraña caída cuando rodaba en última posición en parrilla.
Sorprenden estos dos fines de semana tan difíciles tras el brillante GP de Japón que firmó: se anotó un 3/3 llevándose la pole el sábado, la victoria en la carrera al sprint y repitiendo hazaña el domingo, en la carrera larga. Lo hizo a su manera, al estilo ‘Pecco’: escapándose e imponiendo un ritmo endiablado, sacando hasta 4.196 segundos a un Marc Márquez que suficiente trabajo tuvo manteniendo las emociones a raya, viéndose a las puertas de su noveno título mundial. En definitiva, el Bagnaia de siempre.
«Sé que en condiciones normales estoy en condiciones de pelear, pero el problema es que no puedo replicar las sensaciones que tuve en Japón. Teóricamente, las dos motos son iguales [que las que usó en Japón]», aseguró este sábado tras la decepción en la ‘sprint’, ante el medio antes citado.
Vuelta al infierno
La realidad es que el resto de la temporada no ha sido demasiado espléndida. Pecco solo ha podido lograr dos victorias (Japón y Américas) y otros seis podios el domingo. La temporada empezó con cuatro podios en las cinco primeras carreras. Después, todo se empezó a torcer, y en los Grandes Premios de Hungría y Catalunya, terminaría por tocar fondo. Clasificó en la 15ª posición en el nuevo trazado de Balaton Park y no pasó de la 13ª posición en la sprint y la novena en carrera larga.
Catalunya fue la auténtica catástrofe. En un trazado en el que ha ganado en dos ocasiones en la categoría reina, clasificó en la vigesimoprimera plaza y terminó el sábado en la 14ª posición en la sprint. El domingo fue noveno. Y tras ese GP, dos ceros en San Marino e Indonesia. En medio, el oasis de Japón. Y vuelta al infierno.