-¿Cómo valora la relación entre tecnología y escuela en España?
-Hay mucha diversidad. Hay centros en los que la tecnología es algo residual y otros que sí han hecho prácticas muy interesantes. Y luego están las escuelas que lo que han hecho es meter el libro de texto en un portátil. Entonces, entre que hay familias que han tenido que comprar un portátil para luego pagar una licencia de libro y ven que los niños hacen lo mismo que antes con los libros, y el miedo de algunos colectivos, que hablan del posible daño de la tecnología, se ha generado el cóctel perfecto para decir que la tecnología es mala. Pero tan negativo era que asumiéramos que por poner una pizarra digital se iba a aprender como ahora decir que con quitarla basta.
-La cuestión es qué hacemos con esa pizarra, supongo…
-El problema es que nunca nos hemos preguntado qué se estaba haciendo con esa pizarra digital, si solo se estaba usando para ‘powerpoints’ y vídeos de YouTube o si se estaba aprovechando para diseñar recursos, para que programaran… Hay aplicaciones muy chulas, con pentagramas donde arrastras la nota musical y suena… El debate está todo el rato en el cacharro, si el cacharro es bueno o malo, si la tecnología es buena o mala, y el debate debería ser qué hacemos con ella en las aulas. La tecnología tiene que contribuir a enseñar de otra manera.
En educación el problema es que lo escribimos en un papel y consideramos que mágicamente se va a implementar
-¿De qué manera?
-Enseñar a diseñar recursos, a que no solo sea buscar información y copiarla en la libreta, sino que ellos diseñen, creen, aprendan a comunicarse… La competencia digital la tenemos muy bien definida en el papel, pero en educación el problema es que escribimos cosas en un papel y consideramos que mágicamente se van a implementar. Aquí hay un montón de cosas, el propio sistema de inspección, la formación, si damos tiempo a los docentes para que hagan ese cambio… Y es un cambio difícil, porque cuando llevas muchos años trabajando con una editorial, de una determinada manera, y te dicen que hay que incorporar la tecnología, se tiende a reproducir lo que ya hacías. Pero eso es un error didáctico, no de la herramienta.
Tan mal estaba asumir que por poner una pizarra digital, se iba a aprender, como pensar que se aprenderá solo con quitarla
-Y la IA supone dar aún un paso más allá.
-La IA ya existía, lo que ahora está en boga es la IA generativa, como ChatGPT, que pone en evidencia que hay algunos trabajos, y algunos deberes, que no podemos pedir. ¡Pero es que tampoco deberíamos haberlos pedido antes! Pero ahora es evidente, porque el plagio no se puede detectar. El trabajo es la conversación que tuvo ese estudiante con la IA; que además ¡no tiene por qué haberla usado mal! A lo mejor simplemente ha escrito algo y le ha pedido que le ayude a redactar lo mejor. El principal problema es que no se ayuda a los docentes a entender cómo funciona la IA. Para llegar a ChatGPT, primero tienes que enseñarles para que entiendan cómo se programan los algoritmos, cómo funcionan… De hecho eso se ha incorporado en el sistema educativo con la LOMLOE, es lo que se llama el pensamiento computacional.
-¿En qué consiste? ¿Se está impartiendo?
-El pensamiento computacional no es que tengamos que ser todos programadores, sino que incluye la idea de que tenemos que formar en entender cómo es la tecnología. Porque cuando entiendes cómo funciona la IA, entiendes por qué ChatGPT se puede inventar cosas y que no es adecuado como sustituto de Google. Toda esa parte de alfabetización para mí es fundamental, y los profesores demandan formación para saber cómo responder a esto. Trabajo con docentes de todas las etapas y hay muchísimo interés en los cursos de IA. La gente tiene muchas ganas de aprender.
Las tareas de buscar una información y copiarla no tienen sentido ahora, con ChatGPT, ¡pero tampoco lo tenían antes!
-¿Qué alternativas plantea ante esos trabajos que asegura nunca tuvieron sentido?
-Siempre digo que lo que hay que hacer es volver al aula, de donde nunca debimos irnos. Es cierto que los estudiantes necesitan hacer trabajo autónomo en casa, y hay que estudiar, hay que leer, hay que profundizar… Pero las tareas extensas hay que llevárselas al aula, donde estás tú, que eres el docente que puedes resolver las dudas, que puedes ayudarles y plantear tareas más creativas.
-¿Qué tipo de tareas?
-Depende del nivel. En primaria es importante que escriban, y que escriban redacciones para desarrollar la lectoescritura, pero a lo mejor en el ámbito universitario ya no tiene que ser tan importante el famoso informe escrito, sino un acto de defensa bien planteado. Que sea un debate donde tú puedas ver qué proceso de investigación ha llevado a cabo, cómo reflexiona sobre algo… Depende de la etapa, pero lo que me parece interesante de todo esto es que a quien más o quien menos se está sentando a reflexionar. Y ante eso también está el que dice ‘pues fuera todas las herramientas, exámenes, escrito papel y lápiz’, pero al final eso no es sostenible en el mundo en el que estamos.
-¿Ve el momento actual como una oportunidad para repensar el sistema?
-Estas herramientas de IA te ponen entre la espada y la pared. Muestran que hay cosas que tenemos que actualizar. Y eso no significa que no haya que leer, que no haya que escribir o que no haya que tener clases magistrales. ¡Claro que sí! Pero hay que incorporar otro tipo de cosas, porque el mundo cambia a una velocidad impresionante, y el problema es que a la escuela le cuesta un poquito más.
Cuando entiendes cómo funciona la IA, entiendes por qué ChatGPT se puede inventar cosas y no es adecuado como sustituto de Google
-Hay debate sobre la edad en la que es oportuno introducir la tecnología en el aula. ¿Qué piensa?
-Nuestra ley educativa nos dice que la competencia digital se tiene que trabajar desde la educación infantil. Competencia digital no es enseñarles solo un uso técnico de la herramienta, eso es solo una pequeñita parte de la competencia digital. La competencia digital es enseñarles a vivir en un mundo que es digital. Conozco prácticas en educación infantil que utilizan la tecnología y que son muy buenas, y no suponen ningún problema, porque los niños siguen manipulando, siguen haciendo un montón de cosas y en un determinado momento, pues a lo mejor entra un robot y aprenden a programar. Si tiene sentido didáctico y está fundamentado en la pedagogía, la tecnología se puede trabajar en todas las etapas. En educación hay que poner un poco de orden y huir de esos discursos tan apocalípticos. Porque los riesgos están, evidentemente, pero justo por eso la escuela tiene que educar en tecnología; porque hay niños y niñas para los que la escuela es el único lugar en el que podrán aprender.
Si tiene sentido didáctico y está fundamentado en la pedagogía, la tecnología se puede trabajar en todas las etapas
-¿A qué se refiere?
-Estamos hablando mucho de horas, edades… estamos buscando números, recetas, y se nos está olvidando la clave, que es cómo se ha educado hasta ahora, cómo se ha introducido, qué se ha hecho con esas pizarras digitales… La innovación a veces no está en la herramienta, a veces está en la conducencia, en que varios colegios del mismo barrio hagan un proyecto conjunto. En involucrar más a las familias…
-¿Y a los propios jóvenes?
-¡Sí! En los foros, en los grupos de expertos… no suelen estar las voces de los jóvenes. No les preguntamos a ellos, y ellos son los primeros que te piden ayuda y que te dicen ‘yo no quiero que me lo prohíbas solo, yo quiero que me ayudes a qué hacer cuando alguien me acosa, cuando me entra un troll, qué hago si dudo sobre un posible caso de bullying, cómo puedo resolverlo…’ Pero no verás titulares ni información sobre eso… En el debate estamos olvidando un poco cómo enseñarles a vivir en un mundo digital.
-¿Cree que si no se trabaja con la tecnología es difícil enseñar sus riesgos?
-Lo que sabemos a nivel didáctico es que cuando se trabaja bien con la tecnología, se es más consciente de los riesgos, y que no es incompatible en una aula infantil ensuciarse, revolcarse por la tierra, trabajar con la plastilina con que, en un momento determinado, una aplicación de realidad virtual te permita ver el cuerpo humano en 3D.
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