«Es particularmente preocupante la evolución de la clorofila en la laguna en respuesta a las entradas de agua dulce, especialmente en la zona sur y centro, donde se han alcanzado de forma súbita valores de hasta 12 mg/L, que son muy elevados para la laguna y solo se han alcanzado en eventos anteriores de bloom fitoplanctónico o ‘sopa verde’». Es lo que se lee en las conclusiones provisionales de un informe emitido este sábado por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) que confirma lo que indicó esta semana La Opinión: el nivel de clorofila se dispara en el Mar Menor y activa el temor a que se repita la tan temida ‘sopa verde’ en el ecosistema.
Esto es así por culpa de la dana Alice, que azotó hace unos días la Región, especialmente los municipios costeros, y provocó la entrada masiva de agua y sedimentos con nitratos y fosfatos a la laguna salada.
Estos días se están recogiendo muestras de la cuenca y la laguna «para determinar la magnitud del evento»
«El patrón de variación espacial de la clorofila en la laguna es bastante coherente con el de la reducción de la luz en el fondo, lo que sugiere una estrecha correlación entre ambas variables en este caso», indica el texto.
Depende del clima
Los científicos de IEO explican que «la persistencia de las condiciones actuales podría conllevar efectos negativos sobre la estructura y funcionamiento del ecosistema lagunar», aunque inciden en que «todo dependerá de las condiciones climatológicas de contorno en los próximos días».
En este sentido, apuntan que «si las condiciones son muy estables se podría mantener e incluso intensificar el bloom fitoplanctónico y el consumo de oxígeno; y, si son algo más inestables, favorecerá la mezcla vertical de la masa de agua, disminuyendo la probabilidad de efectos dañinos para el ecosistema».
El informe hecho público este sábado concreta que «de acuerdo con la evidencia disponible y las diferentes aproximaciones realizadas, las estimamaciones de entrada total de agua en la laguna causadas por la dana Alice varían entre 6,9 hectómetros cúbicos y 11,5 hectómetros cúbicos, apuntando a esta última cifra como la más probable y creíble a pesar de las incertidumbres existentes».
Del mismo modo, especifican que «las cargas de sedimentos y nutrientes basadas en una entrada total de 11,5 hectómetros cúbicos indican una entrada masiva de sedimentos (40.212 megagramos) con una carga muy elevada de nitrógeno (76,8 megagramos), fósforo (36,2 megagramos) y carbono orgánico (564,5 megagramos), así como unas muy elevadas cargas de nutrientes disueltos». Estos días se están recogiendo muestras de la cuenca y la laguna «para determinar la magnitud del evento».