España da un paso inédito en la defensa de unos animales que, en muchos sentidos, son muy cercanos a nosotros. El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 ha anunciado que ya trabaja en la redacción de la conocida como ‘Ley Jane Goodall’, una normativa pionera que pretende reconocer derechos básicos a los grandes simios como orangutanes, chimpancés, bonobos y gorilas y, a su vez, reforzar su protección frente a prácticas como el tráfico ilegal, la tenencia de estos animales en domicilios privados, su uso en espectáculos, su cría y cautividad en parques zoológicos o la experimentación médica no justificada. Según explican los impulsores del proyecto, esta normativa, bautizada en homenaje a la etóloga británica fallecida recientemente, sería una de las primeras del mundo en proporcionar protección jurídica a estas especies.
El ministro Pablo Bustinduyafirma que el texto legal ya se encuentra en fase de elaboración y que el proceso se está desarrollando de forma colaborativa con las principales entidades dedicadas a la protección de los grandes simios, como la Fundación Jane Goodall, Proyecto Gran Simio, Primadomus o la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios, con quienes se reunió a principios de esta semana para debatir el despliegue de esta normativa. La iniciativa responde a una obligación recogida en la Ley 7/2023 de protección de los derechos y el bienestar de los animales, que instaba al Gobierno a desarrollar una normativa específica para estas especies. Pero el proyecto, subrayan desde el Ministerio, también nace de una «convicción ética y científica» de reconocer la singularidad de unos animales cuya complejidad mental y emocional ha sido documentada durante décadas.
La normativa aspira a reforzar su protección frente a prácticas como el tráfico ilegal, la tenencia de estos animales en domicilios privados, su uso en espectáculos o la experimentación no justificada
Reconocimiento jurídico
En España se estima que hay al menos un centenar de grandes simios repartidos entre zoológicos y centros de rescate, además de un número indeterminado de ejemplares que viven de forma ilegal en hogares o que son fruto del tráfico de especies. La mayoría son chimpancés, gorilas y orangutanes que llegaron al país a lo largo de las últimas décadas tras haber sido utilizados en circos, mantenidos como mascotas o decomisados del comercio ilegal, y que ahora, tras ser rescatados, viven en zoológicos y santuarios. La futura normativa busca precisamente «garantizar un marco de protección específico para los grandes simios» y, por ejemplo, «proteger la dignidad, el derecho a la vida, a la libertad y a la no tortura» de estas especies.
Se trata de una de las primeras leyes en el mundo que busca reconocer jurídicamente la singularidad de los grandes simios y establecer medidas concretas para garantizar su bienestar
Desde el Gobierno se explica que la ley pretende, por primera vez, reconocer jurídicamente la singularidad de los grandes simios y establecer medidas concretas para garantizar su bienestar. Entre ellas, erradicar el tráfico ilegal de estos animales, prohibir su tenencia particular o con fines comerciales, y limitar su reproducción en cautividad salvo con propósito de conservación. También se prevé la prohibición de la experimentación o la investigación cuando pueda causarles sufrimiento, así como su uso en espectáculos o actividades que menoscaben su dignidad. «El propósito fundamental de la ley es mejorar la protección de los grandes simios y ampliar la cobertura de bienestar de esos animales», explica José Ramón Becerra, director general de Derechos de los Animales.
Consulta pública
«Se trata de una ley pionera en todo el mundo«, subraya, en esta misma línea, la secretaria de Estado de Derechos Sociales, Rosa Martínez, quien añade que «no existe ningún país que ofrezca una protección legal a los grandes simios, lo que da cuenta del alcance y la relevancia internacional de esta normativa». Según se explica desde el Ministerio, el proyecto prevé la creación de un régimen jurídico específico y una arquitectura legal clara para proteger a estos animales. El objetivo final será garantizar que ningún gran simio que habita en España pueda ser tratado como una mera propiedad o recurso, sino como un ser con intereses propios que deben ser respetados.
«Esta ley no solo protege a los grandes simios, sino que honra el legado ético y científico de una mujer como Jane Goodall que cambió la forma en que entendemos la naturaleza»
El diseño de esta ley también está abierto a la participación ciudadana. Según explican los impulsores del proyecto, en la consulta pública realizada ya se han recogido cerca de 300 aportaciones procedentes de particulares, entidades y colectivos de distintos países. El año pasado, el planteamiento de la ley también fue presentado ante la mismísima Jane Goodall, quien no solo fue informada del desarrollo de esta normativa, sino que también supo que llevaría su nombre. «Queríamos contarle que su trabajo inspiraba una ley con su nombre«, recuerda Martínez. «Esta ley no solo protege a los grandes simios, sino que honra el legado ético y científico de una mujer que cambió la forma en que entendemos la naturaleza«, añade.
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