Sabemos, sin
lugar a dudas, lo difícil que puede llegar a ser encontrar empleo en
muchas ocasiones. La propia búsqueda se convierte, en sí misma, en
una tarea exigente y exhausta. Dedicas una gran cantidad de tiempo a
preparar el currículum, enviarlo a diversas empresas, y ni qué
decir tiene la preparación y realización de las entrevistas.
Estos procesos
suelen ser bien largos, ya que pueden requerir una o varias
entrevistas, lo que puede extenderse durante meses. Esto es algo que
debes tener presente al iniciar la búsqueda de trabajo, y a menudo,
cuando necesitas ingresos para cubrir tus necesidades básicas,
terminas aceptando cualquier oferta que recibes.
Una mujer con paraguas pasa por la oficina del paro
Generalmente,
estos empleos son honestos y requieren muchas horas de dedicación,
lo que puede resultar muy agotador. Por eso, es fundamental que las
condiciones laborales estén claramente definidas y garantizadas, ya
que con frecuencia se observan situaciones en las que estas
condiciones se incumplen.
La cuenta de X,
antiguo Twitter, @SoyCamarero, habla a menudo de estas ofertas que
pueden llegar a ser insultantes para los propios trabajadores. Y esta
historia, sin duda, encaja perfectamente con el perfil.
Una oferta de
trabajo en San Sebastián
El que busca
trabajo de forma activa, suele estar muy pendiente de las diferentes plataformas que hay para encontrarlo. Te pones alertas, estás
pendiente todo el día y te descargas la aplicación.
Todo es poco para
ser la primera persona en mandar el currículum a la empresa, y
conseguir ser visto para que te llamen próximamente. Sin embargo, ni
es fácil que te llamen, ni será una cuestión rápida.
Y a veces, en ese
proceso, encontrarás trabajos que no se ajusten a lo que quieres y
necesitas. Otros, sencillamente, no podrás ni conseguirlos, como ha
pasado en San Sebastián a un camarero.
Resulta que se
presentó a una oferta de trabajo como camarero en la ciudad vasca y,
cuando el dueño contactó con él, se pusieron a hablar de las
condiciones que incluía el trabajo.
Así pues, le
hizo una pregunta que hizo que le bloqueara y que, inmediatamente, se
quedara sin trabajo. Después de concretar la hora de la prueba, para
valorar su validez, al candidato se le ocurrió preguntar por las
condiciones.
“Antes que
nada, ¿qué estás ofreciendo?” preguntaba este candidato. “¿Qué
estoy ofreciendo? ¿A qué te has apuntado?” le respondía con
incredulidad.
Poco después,
este candidato decidió responder y preguntó que qué horario
tendría, pero era demasiado tarde, porque el empleador ya le había
bloqueado y rechazado como posible candidato.
La razón por la que dimitió enseguida en Barcelona
Esta experiencia de la joven la ha contado la cuenta de X, antiguo Twitter, @SoyCamarero, que se dedica a recopilar este tipo de historias en su cuenta y a ayudar a sus compañeros de trabajo (aunque no los conozca personalmente).
Dice que ella le mandó esta historia, pero prefirió mantenerse en el anonimato, al igual que omitir el nombre del restaurante. Igualmente, se refería a él como «restaurante muy famoso de Barcelona».
Pues bien, entre las condiciones de trabajo, le daban alojamiento para poder trabajar allí. Sin embargo, nada era lo que parecía. «Se fue el primer día de trabajo al ver las condiciones de alojamiento y por alguna de sus condiciones» expresaba en esta cuenta.
Y es que lo que le hacían firmar no se ha visto en otro lado. Eran una serie de condiciones que muchas no tenían ni pies ni cabeza. «La camarera siempre debe sonreír, y ser amable, muy amable. Al cliente no le interesa si nos duele la muela o nuestra abuela está enferma» decía una de ellas.

Personas toman una cerveza en una terraza de un bar de Barcelona
En otras, se pedía que a «la camarera le guste lo que haga y lo haga con amor y cariño, porque sino todo sale de mala gana. Si son aprendices, con más razón deben ser más felices de aprender una profesión».
No solo eso, sino que «amenazaban» al personal al decirles que si se equivocaban con una orden, se les cobraría lo olvidado, y si rompían una vajilla, se les cobraría 5 euros.
Como puntilla, el alojamiento que les ofrecían era una cama en medio de la cocina, por lo que puedes imaginar que no era especialmente salubre.