“Por eso esperaba, con la carita empapada, que llegaras con IP… con mil intellectual property rights para mí.” Así empieza el post con el que la EUIPO, la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea con sede en Alicante, ha demostrado que lo legal también puede tener su lado romántico.
El regreso de La Oreja de Van Gogh con Amaia Montero ha revolucionado las redes, y la institución europea ha aprovechado el momento con una de esas publicaciones que mezclan ingenio, cultura pop y divulgación.
Propiedad intelectual con ritmo de pop
Con su particular guiño musical, la EUIPO ha recordado que, detrás de cada estribillo pegadizo, hay derechos que lo protegen. Porque, como explican en su mensaje, el copyright protege las canciones y las letras, mientras que las marcas registradas amparan los nombres de los grupos y de los artistas.
Y aquí viene la curiosidad: La Oreja de Van Gogh no solo es una de las bandas más queridas del pop español, sino también una marca registrada europea (EUTM 004380176). Lo mismo ocurrió con Amaia Montero, cuyo nombre también estuvo inscrito como marca (EUTM 007334865), aunque ya caducada.
En otras palabras: hasta el pop tiene su parte burocrática… y su número de registro.
Alicante, capital del IPop
La publicación de la EUIPO, que firma con humor la frase “Eres la reina del IPop”, demuestra que la propiedad intelectual también puede tener ritmo.El guiño no es casual: la expresión juega con el título de la canción “La reina del pop”, uno de los temas más conocidos de La Oreja de Van Gogh, incluido en su álbum Guapa (2006). La oficina europea convierte esa referencia musical en un mensaje ingenioso sobre la IP —Intellectual Property, o Propiedad Intelectual—, transformando un clásico de la banda en una breve lección sobre derechos de autor y marcas registradas.
Porque si algo deja claro este post, es que lo legal también puede sonar bien.
Desde su sede en Alicante, la EUIPO gestiona miles de registros de marcas, patentes y diseños de toda Europa. Pero de vez en cuando se permite licencias creativas como esta: usar una canción que todos hemos cantado para recordar la importancia de proteger las ideas.
Del “Copyright” al “Cuídate”
“Empezó con un post en blanco y terminó con un anuncio”, escriben en referencia al misterioso regreso de la banda.Y lo cierto es que pocas veces un mensaje corporativo había encajado tan bien con la actualidad musical. Porque este reencuentro no solo ha despertado la nostalgia de toda una generación, sino también un tema del que pocas veces se habla: cómo la música también se protege con derechos.
Detrás de cada canción, cada nombre artístico o cada logotipo hay un trabajo creativo… y también una firma que lo ampara legalmente. Esa es, precisamente, la función de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, con sede en Alicante: registrar y proteger las ideas que hacen vibrar al público.
El pop también se registra
El regreso de Amaia Montero al grupo ha sido un fenómeno emocional, pero también una oportunidad para recordar algo importante: la creatividad también tiene su parte jurídica. Los derechos de autor garantizan que los creadores puedan vivir de su obra y evitar usos indebidos. En el caso de La Oreja de Van Gogh, tanto el nombre de la banda como el de la artista estuvieron registrados como marcas europeas, una muestra de que incluso el arte necesita sus papeles en regla.
Y sí, puede que la música se escuche con el corazón, pero se protege con un número de registro.
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