La primera visita a Dubai terminó mal. Con una derrota (83-78) que devolvió al Barça a la dura realidad de la Euroliga. Ante un equipo joven (segunda temporada de vida, primera en la competición) y rico (once fichajes), sucumbió en un duelo que empezó mal y acabó peor, sin la clarividencia que debería evitar los pésimos finales que tanto le penalizaron en la pasada campaña.
Se diluyó el Barça en el último cuarto, cuando le penalizó la falta de finura en el tiro, con pésimos porcentajes de 2 (16 de 42, un 38,1%) y de 1 (16 de 24, 66,7%). Un tapón de Justin Anderson a una penetración de Kevin Punter selló una distancia irrecuperable (78-70) a 1.14 para el final. Punter se quedó en dos puntos, de dos tiros libres, y su nefasta tarde (0 de 6 en juego) lastró el esfuerzo de Darío Brizuela y Tornike Shengelia, con 19 puntos cada uno.
Una similitud: Keita
Ni el final ni el inicio se asemejó en nada al duelo del martes, excepto en que Sayon Keita, que repitió en el quinteto, anotó la primera canasta. Los 13 puntos que adquirió con tanta rapidez ante el Maccabi fueron 13 en contra (20-7) con un pobrísimo porcentaje de acierto que se refleja en los tres tiros bajo el aro que falló Hernangómez antes de acertar el cuarto o que Brizuela anotara el único triple del primer cuarto tras cuatro errores. Un defecto que se arrastraría todo el tiempo.
Ofuscado en equipo en ataque (24-15), la recuperación fue relativamente rápida porque el marcador se había equilibrado en el descanso (33-34). Y no tanto por la mayor puntería, imprescindible, sino por la aparición de guerreros como Brizuela, Parra y Cale. Shengelia estableció el empate y la primera ventaja con dos jugadas idénticas a pase de Parra, que luego sumó seis puntos seguidos mediante dos triples.
Un 32-60 era el tanteador al descanso del Maccabi-Barça del martes. Revelador. El equipo aguantaba el tipo sin tener a sus principales anotadores. Tenía una reserva de puntos guardada que aún no necesitaba entonces. Ni Punter ni Clyburn había estrenado el casillero.
Dario Brizuela realiza un mate tras en un contraataque azulgrana. / ALI HAIDER / EFE
El martillo Petrusev
Clyburn se puso manos a la obra inmediatamente con los siete primeros puntos azulgranas de la reanudación, aunque sus porcentajes flojeaban, sobre todo, el 1 de 5 desde la personal. Desde el lugar donde empezó a puntuar Punter, de uno en uno.
La situación no adquiría visos de alarma, pero se erigía en fundamental anular a Filip Petrusev, viejo martillo del Olympiacos que se ha abrazado a los petrodólares. Como Anderson, que gana mucho más dinero a cambio de ser menos protagonista en la pista. No salió a la cancha hasta el tercer cuarto, para defender a Brizuela, que había enchufado tres triples, y sólo pudo lanzar un tirito.
No pasó de cinco la mayor ventaja de un Barça (45-50) que no pudo mantener el ritmo de anotación ni de juego, y permitió que el Dubai se recuperara. Petrusev estuvo mucho tiempo sentado por las personales, y reapareció para completar su faena (23 puntos, 27 de valoración). El Barça se cansó de esperar a Punter.

Will Clyburn intenta una penetración frente a Mfiondu Kabengele, durante el Dubai-Barça. / ALI HAIDER / EFE
Dubai, 83 – FC Barcelona, 78
Dubai:Wright IV (11), Bacon (20), Prepelic (6), Petrusev (23), Kabengele (10) –cinco inicial-; Bertans (11), Abass (2), Kamenjas (0), Armstrong (0), Anderson (0).
7 de 25 triples (Wright IV, Petrusev, Bertans, 2), 46 rebotes, 12 ofensivos (Petrusev, 4),16 asistencias (Wright IV, 6).
Barcelona: Satoransky (3), Punter (2), Clyburn (7), Shengelia (19), Keita (2) –cinco inicial-; Marcos (6), Hernangómez (2), Norris (2), Brizuela (19), Cale (0), Vesely (9), Parra (7).
10 de 27 triples (Brizuela, 4), 39 rebotes, 13 ofensivos (Parra, Clyburn, Hernangómez, 2), 18 asistencias (Marcos, 5).
Parciales: 24-15; 9-19, 25-22; 25-22.
Árbitros: Ilija Belosevic, Uros Nikolic, Michele Rossi.
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