La Xunta ha desvelado este jueves la decisión que ha tomado sobre la prohibición de realizar nuevas plantaciones de eucalipto, cuya vigencia expiraba el 31 de diciembre. La moratoria se mantiene hasta 2030, pero con más flexibilidad en dos supuestos concretos.
Por un lado, para evitar el abandono de la tierra forestal, en el caso de plantaciones forestales de pino radiata gravemente afectadas por la banda marrón podrán ser reforestadas en un 50 por ciento con eucalipto y el otro 50 por ciento con coníferas o frondosas.
En otro supuesto de flexibilización afecta a la posibilidad, ya vigente, de cambiar de parcela una plantación de eucalipto para mejorar la productividad. Actualmente esto puede hacerse entre parcelas del mismo propietario, pero ahora podrá hacerse en una parcela de otro titular, previa autorización de Medio rural (como en todas las plantaciones).
La parcela de origen tendrá que repoblarse con coníferas o frondosas, y en la nueva parcela, solo podrá plantarse eucalipto en hasta un 75% de la superficie inicial, mientras que el otro cuarto restante deberá plantarse, también, con frondosas o coníferas.
La suspensión temporal de nuevas plantaciones de eucalipto en zonas en las que previamente no existía la anunció el anterior conselleiro de Medio Rural, José González, durante un pleno del Parlamento gallego en febrero de 2021, en lo que supuso un giro en la postura mantenida por la Xunta hasta entonces. Esta especie foránea tuvo un crecimiento espectacular en los últimos años hasta el punto de que ocupaba ya 422.000 hectáreas de superficie, casi el doble de lo previsto en el anterior Plan Forestal de 1992.
El Gobierno gallego, sin embargo, siempre tuvo en cuenta la relevancia económica que las cortas de madera de este tipo de árboles, muy codiciadas por la industria maderera y papelera, tenían para 35.000 familias gallegas, a las que reportan unos ingresos anuales de 205 millones de euros.
Pero con esa moratoria, el objetivo principal se convirtió en frenar el aumento de las hectáreas dedicadas a esta especie acorde a lo establecido en el Plan Forestal de Galicia, y reducir en un 5% su superficie para el año 2040, lo que implicaría la reducción de unas 20.000 hectáreas.
La decisión llega en pleno debate sobre esta cuestión, y a poco más de dos meses de la finalización de la prohibición. De hecho, precisamente el día anterior la Fundación Arume, en la que participa la cadena forestal-maderera de la comunidad -desde asociaciones de propietarios a empresas, pasando por la Universidad de Vigo-, reclamaba su prórroga hasta, como mínimo, el año 2030; algo en lo que han coincidido diversas asociaciones ecologistas como Greenpeace, que denunció que en 2023, según el Inventario Forestal de Galicia, la superficie ocupada por el eucalipto había aumentado en 6.000 hectáreas con respecto al año 2022, un 1,4%, hasta las 419.051 hectáreas. Ahora, en una última revisión de la superficie, que la Xunta todavía no ha hecho pública, asciende ya a 430.000 hectáreas.















