El magistrado del Tribunal Supremo Leopoldo Puente, que investiga a los exdirigentes del PSOE José Luis Ábalos y Santos Cerdán por una presunta trama de corrupción en la adjudicación de contratos públicos, considera que el ordenamiento jurídico no debería permitir seguir actuando como diputados a quienes sean investigados por delitos graves relacionados, precisamente, con el ejercicio de la función pública.
Así lo expone en la resolución que dictó ayer tras la comparecencia de Ábalos en el alto tribunal, de donde salió al cabo de cinco horas con las mismas medidas cautelares que ya pesaban sobre él desde el pasado 20 de febrero: retirada del pasaporte, prohibición de salir de España y comparecencias quincenales.
Pero libre. Puente volvió a apoyarse en el fiscal jefe anticorrupción, Alejandro Luzón, que no ha visto motivos para agravar las medidas cautelares contra Ábalos «en este momento».
El juez rechazó la petición de las acusaciones populares, que intervienen a través del PP (el primero en personarse), de encarcelar a Ábalos o, subsidiariamente, imponerle una fianza.
Como «coda final», Puente incluyó en su resolución una «reflexión» sobre el hecho de que el Reglamento del Congreso solo permite suspender en sus funciones a un diputado cuando, una vez concedido el suplicatorio para proceder contra él, sea firme el auto de procesamiento y, además, se haya acordado su prisión preventiva.
En el caso de Ábalos, de los tres requisitos solo se cumple el primero: el Congreso autorizó al Tribunal Supremo a encausarle el pasado 22 de enero.
Pero aún no hay auto de procesamiento (o su equivalente, el auto de transformación en procedimiento abreviado) ni hay, «en este momento» (escribe el juez retomando la expresión del fiscal), motivos para meterle en la cárcel de forma cautelar.
Así que Ábalos sigue de diputado: Y de ahí la «coda» final de Puente: «Este instructor no es ajeno al natural estupor que produce que una persona, frente a la que gravitan tan consistentes indicios de la eventual comisión de muy graves delitos, estrechamente relacionados además con el viciado ejercicio de la función pública, pueda mantenerse, en el curso del procedimiento penal que se sigue contra él, ejerciendo a la vez las altas funciones que corresponden a un miembro del Congreso de los Diputados (entre ellas, el control de la acción del Gobierno y la aprobación de normas con rango de ley)».
«Se trata, creo, de un buen motivo para la reflexión«, añade el magistrado.
«El derecho constitucional, de máxima relevancia, a la presunción de inocencia no sería obstáculo, necesariamente, para que pudiera articularse por ley algún mecanismo apto para impedirlo», sostiene.
Y recuerda que el Reglamento del Congreso, sin contrariar la presunción de inocencia, ordena suspender en sus derechos y deberes a un parlamentario procesado y en prisión provisional, «mientras dure ésta”.
En cualquier caso, «no es, desde luego, la modificación de las normas competencia que corresponda a los miembros del Poder Judicial», señala.
«Nos compete aplicar las promulgadas», dice Puente, que señala que sería imposible e indebido encarcelar a un parlamentario sin que se cumplan las exigencias legales solo para poder suspenderle.
Fuentes jurídicas interpretan que la «reflexión» del juez no está relacionada con el rifirrafe que se produjo cuando Ábalos le replicó que el «fraude de ley» no estaría en su renuncia al abogado que ha tenido hasta ahora, como considera el instructor. «Fraude de ley sería que renunciase al acta», dijo el aforado, que interrumpió en varias ocasiones al magistrado.
«No me interrumpa. No estamos aquí para intercambiar opiniones, esto no es el Congreso», zanjó el juez.
En todo caso, la «coda» de Puente viene, de paso, a desmentir que una eventual renuncia al acta parlamentaria pueda ser considerada un fraude de ley en este momento, en el que no se ha abierto aún el juicio oral y ni siquiera se ha dictado el auto de procesamiento o de transformación en procedimiento abreviado.
Las fuentes consultadas sostienen que la «coda» representa «casi una invitación» a que Ábalos dé ese paso.











