Los científicos han descubierto evidencias de megaestructuras de piedra en la meseta kárstica, en la frontera entre Eslovenia e Italia, probablemente construidas antes de la Edad del Bronce Final. Estas enormes estructuras se utilizaron como trampas a gran escala para manadas de animales salvajes como el ciervo rojo, por ejemplo, y previamente solo eran conocidas en Asia y África en ese período histórico.
La identificación de al menos cuatro enormes estructuras de piedra, posiblemente diseñadas como trampas colectivas para la captura de animales, en la zona entre Eslovenia e Italia y fechadas antes de la Edad del Bronce Tardía, aproximadamente entre los años 4000 y 2000 antes de Cristo, abre interrogantes profundos sobre la escala y la organización social de los grupos humanos prehistóricos en Europa.
El descubrimiento representa una nueva forma de infraestructura de caza a gran escala, que no se parece a nada descubierto hasta hoy en la Europa prehistórica. Detallados en un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), los hallazgos muestran características similares con estructuras identificadas en Asia y África en ese momento de la historia, usadas para fines similares.
Mecanismos de caza masiva
Según detalla un artículo publicado en Phys.org, gracias a un estudio mediante escaneo láser aerotransportado (ALS, según sus siglas en inglés) que abarcó cerca de 870 km², los investigadores del Instituto para la Protección del Patrimonio Cultural y la Universidad de Liubliana, en Eslovenia, identificaron las estructuras que han sido designadas como K01, K02, K03 y K04.
Estas construcciones presentan muros largos y bajos, de entre 1 y 1,5 metros de ancho, que convergen en embudos hacia recintos hundidos u “enclaves” ocultos, bajo desniveles o cerca de acantilados naturales. Se asemejan, en cuanto a estructura funcional, a formaciones halladas en el suroeste de Asia y el norte de África, previamente conocidas como mecanismos de caza masiva.
Aunque falta una datación definitiva, los fragmentos de carbón recogidos sugieren que estas construcciones ya estaban abandonadas antes de la Edad de Bronce Tardía, lo que implica un uso posible en períodos anteriores, de acuerdo a una publicación de Heritage Daily. En el pasado, la meseta kárstica habría sido un paisaje abierto, dominado por pastizales e ideal para la visibilidad y el manejo de manadas.
Organización social compleja
Lo más llamativo de este hallazgo no es solo su escala arquitectónica, sino las exigencias sociales y logísticas que implica su construcción. Para levantar muros que, en conjunto, superan los 3,5 kilómetros, se estima que se requirieron miles de horas-hombre de trabajo organizado. Los esfuerzos requeridos sugieren que estas comunidades disponían de modos de cooperación más sofisticados de lo que muchas reconstrucciones tradicionales les han asignado.
Referencia
Prehistoric hunting megastructures in the Adriatic hinterland. Dimitrij Mlekuž Vrhovnik and Tomaž Fabec. PNAS (2025). DOI:https://doi.org/10.1073/pnas.2511908122
No estaríamos frente a bandas nómadas reducidas que operaban solo con articulación familiar o local, sino ante poblaciones que coordinaban trabajos colectivos a gran escala, con conocimiento del terreno, de la ecología animal y con estrategias para manipular el comportamiento de las manadas.
En concreto, el descubrimiento cuestiona el límite que suele colocarse entre sociedades cazadoras-recolectoras “simples” y sociedades agrícolas o pastoriles más complejas. Estas estructuras indican que, al menos en ciertas regiones, los grupos preagrícolas podrían haber desplegado infraestructuras de caza integradas al paisaje, anticipándose a dinámicas de manejo territorial más propias de sociedades sedentarias posteriores.