Tiempos de ferias, jotas, celebraciones y de sustos

Este martes, festividad de San Fortunato de Todi y San Lúpulo de Capua, al ir al Diaprix a comprar un manojo de cebolla tierna, una pastilla de jabón lagarto y un cuarto y mitad de pavo frío, me encontré sentada en su andador a mi vecina Gertrudis, tenía pintado en su rostro un gesto cansado y mohíno, y, promovido por la preocupación vecinal, le pregunté si se encontraba bien, a lo que me respondió: «Ay hijo, ya no está una para muchos trotes, estoy para el arrastre y no por las ochenta y dos primaveras que una ya ha vivido, que también, sino que, como buena vecina y fan incondicional del alcalde, hice caso a uno de esos vídeos que cuelga en internet como si fuera un reportero de La Revuelta o de Barrio Sésamo invitándonos a todos a participar en los actos que se habían organizado este pasado fin de semana y, como te digo, una es fan de don Pablo, qué digo fan, una admiradora, una amiga, una esclava, una sierva, pues allí que me planté como si fuera parte del decorado en todos y cada uno de los actos organizados, para no perderme ná.

Fuente