Madre e hija por fin han podido hablar con el corazón en la mano. Mientras Bahar le hacía una trenza, Umay, arrepentida, le ha pedido perdón una y otra vez. Le ha explicado que ver la lucha de Yusuf por salir adelante le ha hecho sentir vergüenza y le ha recordado todo lo que su propia madre ha tenido que luchar, sintiéndose fatal por su comportamiento.
La joven se ha roto y le ha preguntado a su madre: “¿Por qué tengo que vivirlo todo tan intensamente?”. Ha sido entonces cuando Bahar le ha explicado científicamente el porqué de su dolor, dándole la respuesta que necesitaba para entenderse a sí misma. Le ha hablado de la amígdala, el centro emocional del cerebro que a su edad lo magnifica todo: «Tu rabia y tus miedos. Tu amor… Tu dolor. Sientes como si no lo pudieras soportar».
Por primera vez en mucho tiempo, ambas se han entendido. Bahar ha recuperado a su hija, y Umay ha vuelto a ver en ella a su refugio.