Borja Jiménez defiende este domingo en el estadio José Zorrilla de Valladolid los colores del Sporting. Esta es la intrahistoria de un encuentro que a punto estuvo de cambiar el destino del entrenador abulense, hoy flamante técnico rojiblanco, capaz de frenar la sangría de resultados que afectaba al equipo gijonés tras vencer el pasado domingo en El Molinón al Racing de Santander. Los hechos relatados sucedieron en los últimos días del pasado mes de junio en un restaurante de la capital española, Madrid. Allí, Borja Jiménez se cita con, al menos, dos de los máximos responsables deportivos del Valladolid, entre otros dirigentes: el director deportivo, Víctor Orta, y Gaby Ruiz, su mano derecha.
Jiménez, que conoce a la perfección el club pucelano, el entorno y la ciudad, después de entrenar al filial vallisoletano en la temporada 2015-2016, es, a priori, la primera opción que valora la cúpula para el banquillo del José Zorilla, de ahí que se programe con el abulense una entrevista. El Valladolid ve en él al hombre ascenso para devolver a la institución a Primera división; además del conocimiento del club, también le avala su reciente experiencia con el Leganés, al que llevó a la elite hace dos campañas, en la 2023-2024.
La cena se alarga durante unas horas. En el encuentro salen varios temas relacionados con el proyecto, con algunas diferencias en la visión que acaban por ser decisivas para que no avancen las conversaciones pese a la buena voluntad de todas las partes. El Valladolid llega a poner sobre la mesa una oferta a Jiménez, que rechaza. Después, la cúpula del Valladolid acaba cerrando a Guillermo Almada, que asume las riendas del proyecto.
Jiménez, que se encuentra sin equipo tras terminar etapa con el Leganés, tiene otras opciones ese verano. Una, el AVS de Portugal. Pero no es hasta octubre cuando surge la vía del Sporting, tras el cese de Garitano. Para la cúpula de Orlegi Sports la contratación del joven entrenador abulense, de 40 años, era la primera opción que tenían en cartera si, finalmente, se veían obligados a cesar a Garitano. Los gestores del Grupo tienen informes muy positivos del entrenador abulense, con una alta valoración sobre su manera de trabajar, visión del fútbol y estilo. Su fichaje para el Sporting también se cierra en Madrid, con el viaje de David Guerra e Israel Villaseñor desde Barcelona. Pero apenas unos meses antes, también en la capital, la historia puedo ser distinta.
Vía: La Nueva España