Murió Francisco Ibáñez (1936-2023) con las botas puestas y las manos manchadas de tinta y las páginas inacabadas de ‘París, 2024’, obra en la que estaba trabajando justo antes de fallecer, quedaron como el testamento inconcluso del mago de la historieta. Aquel Ibáñez póstumo, 20 páginas de guion a máquina y viñetas a lápiz con Mortadelo y Filemón sembrando el caos en la ciudad francesa durante la Olimpiadas, llegó como una bola extra; un regalo inesperado que permitía, además, acercarse un poco más al proceso creativo del historietista barcelonés y prácticamente sentarse sobre su hombro para verlo hilar ‘gags’ e inventar memorables trompazos.
Publicado menos de un año después de su muerte, ‘París, 2024’ fue, así se dijo entonces, la última misión de Mortadelo y Filemón, el último Ibáñez. A partir de ahí, la nada. Solo memoria y reedición. ‘C’est fini’. O casi. »Infinidad de lectores me habían preguntado: ‘¿No habéis encontrado otro álbum? ¿En algún armario, en un cajón?’. Todos seguíamos ávidos de leer una nueva aventura de Mortadelo y Filemón», explica la hija del dibujante, Nuria Ibáñez, en el prólogo de ‘Hachís… ¡Salud!’ (Bruguera), álbum inédito que llevaba más de una década guardado en un cajón y, desde ya, ahora sí, la última aventura de Mortadelo y Filemón, el último Ibáñez. »Con el ritmo de publicación que llevaba, es prácticamente imposible que le diese tiempo a hacer nada más», asegura el experto y divulgador Jordi Canyissà, responsable de la edición crítica que inaugura la colección ‘Ibáñez Mítico’. »Ibáñez es un clásico, así que hay que tratarlo como tal», subraya Canyissà.
Detalle de una de las páginas interiores con guion mecanografiado del cómic / EPC
‘Hachís… ¡Salud!’, en las librerías a partir del 16 octubre, es un raro caso de obra prácticamente terminada y lista para entrar en imprenta que, sin embargo, acabó saltando del ‘planning’ editorial. La portada estaba coloreada, se habían maquetado las guardas y la portadilla y la traducción al catalán también estaba lista, pero del álbum (casi) nada se supo hasta hace relativamente poco. »A la vista del título, podría pensarse que tiene que ver con la temática del álbum, pero no. Ibáñez nunca tuvo inconveniente en tratar asuntos que podrían considerarse polémicos», apunta Canyissà. Ahí están, por ejemplo, sus incursiones en el botellón (‘La litrona… ¡Vaya mona!’), la ‘okupación’ (‘¡Okupas!’), el tabaco (‘Prohibido fumar’) o el abuso de sustancias ilegales en el deporte (‘El dopaje… ¡Qué potaje!’).
La culpa de todo la tiene ‘El tesorero’
¿Qué pasó, entonces, para que tan chistosa aproximación al narcotráfico, las mafias internacionales y las redes de distribución de hachís acabase cogiendo polvo? La culpa, asegura el también coautor junto a Antoni Guiral de ‘Los 200 primeros casos de Mortadelo y Filemón. 1958-1961’, la tuvo ‘El tesorero’. Explica Canyissà que el éxito de aquel álbum de abril de 2015 en el que Ibáñez parodiaba al extesorero del PP Luis Bárcenas fue tal, con más de 10.000 ejemplares vendidos solo el primer día, que la editorial decidió aprovechar el tirón político y cambiar de planes: en lugar de ‘¡Hachís… ¡Salud!’, que debería haber sido el siguiente, apareció ‘¡Elecciones!’. »Ahora que se está hablando todo el día de las elecciones en todos los medios, si yo no tocara el tema la gente pensaría ¿dónde está el autor? ¿de vacaciones en Nairobi», ironizó el propio autor durante la presentación del cómic a finales de 2015. Otro éxito, con cerca de 50.000 ejemplares vendidos, y un nuevo retraso al que se sumaría, poco después, el inesperado ‘boom’ de la integral de ’13 rue del Percebe’.

Doble página interior de ‘Hachís… ¡salud!’ / EPC
En aquel momento, 80 años recién cumplidos, Ibáñez facturaba hasta tres historietas al año, pero el éxito de ‘El tesorero’ y ‘¡Elecciones!’ trastocó cualquier previsión y retrasó entre tres y cuatro años las fechas de publicación de otros títulos como ‘Por el Olimpo ese’, ‘Misterio en el Hipermercado» y ‘¡Miseria, la Bacteria!’. Ninguno de ellos, sin embargo, corrió la (mala) suerte de ‘¡Hachís… ¡Salud!’, cómic que ni siquiera su familia sabía que existía. Fue la editorial, de hecho, la que avisó de que por ahí quedaba un Mortadelo listo para enviar a imprenta. »Para mí fue como encontrar un valioso tesoro: se repetía la misma sensación que experimenté al ver las páginas inacabadas de ‘París 2024’ sobre su tablero de dibujo», asegura Nuria Ibáñez.
En la línea de otras historias alucinadas y alucinógenas como ‘L.S.D’ o ‘Un alijo algo canijo’, ‘¡Hachís… ¡Salud!’ responde a la voluntad de Ibáñez, asegura Canyissà, de sintonizar con la actualidad y convertir a Mortadelo y Filemón en testigos y reflejo de la época. »Los medios informan de actuaciones de la policía para decomisar partidas de estupefacientes y atrapar narcotraficantes y algunos grupos políticos proponen, ya en 2013 y sin éxito, la despenalización del cultivo de cannabis», detalla. De todo ello da buena cuenta una historieta generosa en disfraces, batacazos, cameos y líneas argumentales disparatadas y en la que, sorpresa, cobra especial relevancia el personaje de Ofelia, la secretaria de la T.I.A. »Lo que vemos es a Ibáñez haciendo todo lo posible por renovarse», resume Canyissà.
En la misma línea de renovación y reivindicación nace también ‘Ibáñez mítico’, colección que prevé repescar cada año un título del historietista barcelonés acompañándolo, cuando sea posible, de originales dibujados y mecanografiados como los que incluye ‘¡Hachís… ¡Salud!’. En palabras de la hija de Ibáñez, »la última aventura inédita de Mortadelo y Filemón abre una nueva colección en homenaje al gran maestro que tan buenos momentos nos ha hecho pasar con su desbordante e infinita imaginación».
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