Ya sea en viajes largos o en trayectos cortos, es habitual pasar por algún tramo de carretera en mal estado, con grietas y baches que hacen temblar el volante y, en ocasiones, el coche entero. Un reciente estudio de la Asociación Española de la Carretera (AEC) alerta de que las vías interurbanas españolas están en el peor estado de la historia reciente, dado que más de la mitad de la red (en concreto el 52%) necesita de reparación en un plazo inferior a cuatro cuatro años.
En concreto, el colectivo avisa de que 33.966 kilómetros registran deterioros muy graves, tanto estructurales (baches o piel de cocodrilo en su asfalto) como superficiales (grietas de considerable tamaño). Por ello, deberían ser reconstruidas antes de un año. Y otros desperfectos en 20.407 kilómetros deteriorados requieren actuaciones en un plazo máximo de cuatro años. Por tanto, es necesario intervenir en 54.373 kilómetros del total de 101.700 km de la red viaria (el 52%), lo que implica que las carreteras españolas están en la peor situación desde que esta asociación realiza inspecciones: es decir, desde los años 80.
Los tramos con un deterioro muy grave del pavimento han pasado de 13.000 en 2022 a casi 34.000 en 2023: cerca del triple
Teniendo en cuenta solo el periodo reciente, en los últimos tres años los tramos con un deterioro muy grave del pavimento han pasado de 13.000 en 2022 a casi 34.000 en 2023, cerca del triple, con un ritmo de deterioro anual del 8%.
Para llevar a cabo el estudio, la AEC ha utilizado, por primera vez en 40 años, una evaluación digital, mediante captación dinámica de imágenes y procesado con inteligencia artificial, que permite analizar 10 veces más kilómetros que el análisis visual. Sin embargo, según explica Jacobo Díaz Pineda, director general de la entidad, «la nueva metodología no justifica el incremento del deterioro en la red». «Hace ya años que venimos denunciando que las carreteras no se deterioran de manera lineal, sino de forma exponencial, lo que quiere decir que en escasos plazos de tiempo sufren significativos incrementos de deterioro y la inspección de 2024 ha corroborado nuestra sospecha».
Déficit
El motivo es la falta de inversión, un déficit que la Asociación Española de la Carretera cifra en 13.491 millones de euros, frente a los 9.453 millones que se estimaban necesarios en 2022. Las necesidades de inversión se reparten entre 8.770 millones para las carreteras autonómicas y 4.721 millones para las vías propiedad del Estado.
Aragón se sitúa en estado «crítico», dado que un 68% de su red tiene deterioros graves, seguida de Galicia y Castilla-La Mancha, con un 59%
Teniendo en cuenta la red autonómica, Aragón se sitúa en estado «crítico», dado que un 68% de su red tiene deterioros graves en sus firmes, un 16% más que la media estatal (que se sitúa en el 52%). Por detrás se encuentran Galicia y Castilla-La Mancha, con un 59%. En el lado contrario, destaca la Comunitat Valenciana, con solo un 32% de kilómetros en mal estado, y Madrid, con un 38%.
El deterioro de las carreteras tiene varias consecuencias. Por un lado, no hay estudios que demuestren una causa-efecto en el incremento de accidentes, «pero el 80% de la información para tomar decisiones al volante entra por los ojos y, si un conductor está pendiente de la conservación del firme, está menos pendiente del resto de información, va a tener menos seguridad y tiempo de reacción, por lo que va a cometer errores y esto, en circulación, se puede traducir en la aparición de accidentes«, apunta Díaz Pineda.
Más combustible
Y hay otra consecuencia más clara: circular por una carretera en mal estado incrementa hasta un 12% el consumo de combustible. Asimismo, obliga a reducir la velocidad una media del 10%, lo que, en el caso de los camiones, supone un 12,5% más de tiempo para realizar el mismo recorrido, un 25% más en los autobuses y un 20% más en los turismos. Además, el aumento en el tiempo del viaje del transporte de mercancías también repercute en el precio final del producto: un 10% más, según calcula la AEC. Asimismo, según la entidad, «el deterioro de la red viaria puede representar la paralización del proceso de trasformación de las carreteras en infraestructuras verdes, seguras y conectadas».
La asociación propone un fondo de financiación nutrido con presupuestos, fondos europeos, nuevos peajes y colaboración público-privada
Para dar solución a este problema, la AEC propone la creación de un fondo de financiación nutrido con los presupuestos estatales y autonómicos, los fondos europeos, nuevos peajes y estrategias de colaboración público-privadas. «La vía del pago por uso es una situación en la que están embarcados tres cuartas partes de los países de la UE y que nosotros todavía no tenemos y nos parece que es un debate que podría ser planteado como una de las posibles soluciones», indica el presidente de la asociación.
Otra posible vía, apunta el colectivo, es eliminar la exención al impuesto de hidrocarburos que tienen el ferrocarril y el transporte marítimo y aéreo, de forma que se generarían 4.091 millones de euros anuales. «La equidad impositiva sería suficiente para revertir el déficit de conservación en algo más de tres años», concluye la AEC.
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