El pasado jueves el
Real Oviedo anunció la destitución del Veljko Paunovic, que se
convertía en el primer entrenador de Primera División en abandonar
un banquillo esta temporada. Y este miércoles ha pasado por los
micrófonos de El Partidazo de COPE, donde ha charlado con Juanma
Castaño.
«Quería hablar
a la afición porque no he tenido la oportunidad de despedirme de
ellos. También quiero agradecer todo el cariño recibido durante
estos días», empezó diciendo. Y agregaba seguidamente:
«Recordaré estos siete meses en el Oviedo toda mi vida».
En estos últimos
días, el técnico serbio ha recibido numerosas críticas sobre su
carácter y aseguró que es «muy competitivo». «Exijo
mucho en el vestuario a los jugadores. Entiendo que algo puede
molestar, pero no tengo otra manera de trabajar. Porque, además,
considero que es la manera más adecuada para lograr resultados.
Nunca he tenido problemas con nadie», explicó.
Paunovic llegó al
equipo carbayón a finales de marzo y logró el ansiado regreso a la
máxima categoría del fútbol español tras 24 años. Un ascenso que
consiguieron gracias a un final de temporada brillante, en el que no
perdieron un partido en las últimas jornadas y superaron al Almería
y Mirandés en el playoff.
El Oviedo ocupa
actualmente la 17ª posición de la clasificación, fuera de los
puestos de descenso. Las dos victorias logradas contra la Real
Sociedad y el Valencia no han sido suficientes para que Veljko
Paunovic continuara como entrenador del conjunto asturiano.
«Me dijeron que
había que cambiar el rumbo del proyecto, la explicación fue muy
breve y cuando salgo del despacho, al primero que llamo es a Santi
Cazorla», señalaba sobre su salida del conjunto asturiano.
Paunovic también
negó que exista una mala relación con el capitán del equipo y
comentó: «Tengo una relación muy buena con él, incluso
después de los entrenamientos nos sentábamos a charlar de fútbol.
Pero ahora no entiendo que tanto Cazorla como yo tengamos que
explicar una situación que no existe».
Para finalizar,
señaló: «Yo respeto los códigos de un vestuario, los
entrenamientos eran todos abiertos, todo el mundo veía lo que pasaba
y nunca ha pasado nada malo».