Málaga, Madrid, Murcia, Barcelona, Almería y Granada. Son las ciudades españolas en las que se ha detectado el problema desde mediados de 2024: consumidores de drogas sintéticas que, creyendo que compraban éxtasis (MDMA), han recibido a cambio otra sustancia distinta, mucho más adictiva y peligrosa.
Se trata de la metanfetamina. La droga que en Europa se conoce porque es la que fabrican en la serie ‘Breaking Bad’, no porque aquí sea popular. De hecho, su consumo en nuestro continente es residual. Solamente en República Checa se ha documentado un uso generalizado. En el resto del continente, la droga sintética estrella es la metilendioximetanfetamina, conocida como MDMA o éxtasis.
«A principios de siglo, el formato favorito eran las pastillas; ahora se estila más el polvo, el conocido como cristal», explican fuentes policiales a EL PERIÓDICO. En este formato se han vendido dosis de metanfetamina como si fuera éxtasis, informan fuentes policiales. La similitud del aspecto de ambas da lugar al engaño: las dos se presentan en forma de cristal.
Alerta publicada por la web de Energy Controla advirtiendo de la venta de metanfetamina en lugar de cristal / ABD
Cristales de colores
En la serie ‘Breaking Bad’, la característica del producto fabricado por Heisenberg, el químico protagonista, era su color azul. Pero no es lo habitual: «Según el colorante que le pongan, puede tener un color u otro, pero eso no modifica el efecto», explica Claudio Vidal, de ABD (Asociación Bienestar y Desarrollo).
La última vez de la que se tiene constancia de que se haya vendido metanfetamina por MDMA en España tuvo lugar el pasado mes de agosto en Málaga, según explican desde Energy Control. En aquella ocasión, el formato era ‘cristal blanco’, el mismo color que la droga hallada en Barcelona, Almería o Murcia. Pero en Granada se presentaba como ‘cristal gris’. Y en julio del año pasado, en Málaga se vendía ‘cristal marrón’ como MDMA.
¿De dónde sale esa droga inusual en Europa? La respuesta es: del mismo sitio de donde sale el MDMA. Los laboratorios clandestinos neerlandeses son la factoría de la inmensa mayoría de drogas sintéticas que se consumen en Europa. Pero la razón de que ahora se encuentre metanfetamina en el mercado negro obedece a factores procedentes de Norteamérica.
Bidireccional
«La presencia de cárteles mexicanos en Europa es cada vez más habitual», advertía Europol ya en 2019. Un desembarco que empezó en 2007 y se incrementó a partir de 2013. Incluso se ha llegado a documentar la presencia de estas organizaciones criminales en Barcelona, tal como ya avanzó EL PERIÓDICO.
En un principio, la presencia de sucursales de los cárteles mexicanos en nuestro continente se circunscribía a la introducción de cocaína sudamericana. Pero desde 2019 han explotado el mercado de las drogas de síntesis. «El narcotráfico mexicano con respecto a Europa es bidireccional –señala Europol–: de América traen cocaína; de Europa se llevan anfetaminas, metanfetaminas y, en menor medida, fentanilo».
El motivo por el que muchas de las drogas sintéticas que se consumen en América se fabriquen en Europa «se debe a que los precursores, las sustancias necesarias para fabricarlas, proceden de China. Es más sencillo hacerlas llegar a los laboratorios de Países Bajos o Bélgica, donde también se han localizado fabricantes, que a América», añaden.
Más adictiva y peligrosa
Se da la circunstancia de que «en Europa, la droga sintética con más éxito es el éxtasis. Pero en América y Asia es la metanfetamina», revelan desde Energy Control. Lo que sucede es que algunas de estas remesas de metanfetamina –el cristal que se consume en Estados Unidos–, se quedan y se distribuyen en Europa. Como aquí no goza de popularidad, la sustancia se hace pasar por MDMA, aunque sean dos sustancias muy distintas. Eso es un problema para el consumidor, dado que la metanfetamina es una sustancia más adictiva que el MDMA y más peligrosa en la misma cantidad.
Desde Energy Control aclaran que «la metanfetamina es una sustancia estimulante que se dosifica a dosis muy inferiores que la MDMA. El principal riesgo es que, a dosis de metanfetamina similares a las habituales de la MDMA, con frecuencia se produce insomnio prolongado (24-48 horas) y esto suele tener consecuencias agudas de tipo psiquiátrico, como ansiedad, psicosis o confusión mental».
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