Votos nupciales y langostinos

Personas que os casáis, no tenéis que demostrar nada, de verdad. No se os pide que convirtáis vuestro evento (ahora todo se llama evento) en un parque temático lleno de montañas rusas que a la larga solo provocan mareos, ni que igualéis en talento a Lope de Vega o Quevedo. Sosegaos un poco, recapacitad. Si antes el poderío familiar se medía por el número de langostinos del banquete, ahora se mide por la originalidad y los días que dura la celebración.

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