El expresidente francés Nicolas Sarkozy ingresará en prisión el 21 de octubre para comenzar a cumplir su condena de cinco años por «asociación ilícita», en un caso relacionado con la financiación ilegal de la campaña que le llevó al Elíseo en 2007 y que supuestamente contó con millones de euros procedentes del régimen libio del dictador Muamar el Gadafi.
La sentencia contra Sarkozy, emitida el pasado 25 de septiembre, se fundamenta en que cometió «actos excepcionalmente graves, capaces de socavar la confianza de los ciudadanos en sus representantes», según el rotativo francés. Por ello se le ha impuesto una multa de 100.000 euros y se le ha inhabilitado durante cinco años para concurrir a un cargo público.
Sarkozy, sin embargo, fue absuelto de los delitos de malversación de fondos públicos y de incumplimiento del código electoral, cargos por los que también estaba encausado. La Fiscalía había solicitado siete años de prisión.
Sarkozy y Gadafi, en una imagen de archivo.
EFE
Al político conservador se le acusaba de haber llegado a un acuerdo con Gadafi en 2005, cuando era ministro de Interior, para que le diera dinero para su candidatura a la presidencia francesa. A cambio, Sarkozy supuestamente se comprometía a respaldar al régimen, entonces condenado al ostracismo internacional hasta su caída en 2011.
En concreto, la presidenta del tribunal señaló que el entonces pretendiente al Elíseo permitió que esos dos próximos colaboradores, que posteriormente ocuparían puestos destacados durante su mandato presidencial, «obtuvieran apoyos financieros» de Trípoli para la caja de la campaña de 2007.
Los jueces consideran a Sarkozy culpable por haberse servido de su influencia como presidente del partido conservador UMP y como candidato presidencial para que colaboradores suyos, como Claude Guéant y Brice Hortefeux, cometieran delitos de corrupción con el régimen de Muamar Gadafi.
La sentencia establece que ese delito de asociación ilícita fue cometido entre 2005, fecha de un viaje de Sarkozy a Libia como ministro de Interior, hasta el 15 de mayo de 2007, cuando comenzó su mandato presidencial, momento a partir del cual estaba cubierto por la inmunidad en tanto que jefe del Estado.
Sarkozy será el primer exjefe de Estado francés encarcelado desde el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando Philippe Pétain acabó entre rejas tras colaborar con la Alemania nazi durante el régimen de Vichy.
Tercera condena para Sarkozy
A sus 70 años, Sarkozy, que entre febrero y mayo tuvo que llevar un brazalete electrónico para garantizar el arresto domiciliario por el que fue condenado de forma definitiva en diciembre pasado por otra sentencia previa, no ha terminado de afrontar a la Justicia desde su derrota ante el socialista François Hollande en 2012.
El expresidente francés ya ha sido condenado en dos procesos anteriores, uno por corrupción y tráfico de influencias, por el que fue sentenciado a un año de cárcel y que ya es firme; y otro por la financiación de su campaña de 2012, por el que fue sentenciado en Apelación a 6 meses de prisión y está pendiente del recurso ante el Tribunal Supremo.
Tras conocer su condena a cinco años de cárcel, Sarkozy denunció que era «de una gravedad extrema para el Estado de Derecho, para la confianza en la Justicia» y anunció que luchará «hasta su último suspiro para demostrar su completa inocencia».