Cuando uno ya tiene en el cuerpo esa mezcla de cansancio, saturación y tristeza por la vuelta a la normalidad que se avecina, es decir, el clásico bajón, es cuando, de repente, un 13 de octubre como esta noche, primero suena un disparo de pólvora (primer aviso), luego dos y definitivamente el tercero que da paso a los fuegos artificiales. Y, de repente, a las miles de personas que han vuelto a llenar (da igual la hora, más temprano o más tarde, este año había que conjugarlo todo con el Rosario de Cristal) las riberas del Ebro y los puentes, han empezado a notar como la adrenalina se metía por sus cuerpos y empezaba a mejorar el ánimo.
En el aire ya había comenzado el castillo de fuegos artificiales con lluvia de todos los colores, un clásico es la presencia del rojo y amarillo como homenaje a la bandera de Aragón, pero ha habido cabida para casi todos. Entre «oh» y «mira ahí», Pirotecnia Zaragozana ha vuelto a desplegar lo mejor de sí misma para en 20 intensos minutos despedir por todo lo alto (nunca mejor dicho) las Fiestas del Pilar de este 2025.
Entre algunos que se asustaban con esa sensación extraña que a veces dan los fuegos de que se te caen encima y otros que no paraban de aplaudir (incluso cuando el cielo se mantenía negro, hay gente para todo, ya saben), la traca final se acercaba y algún precavido se ponía hasta tapones en los oídos… a la espera del apocalipsis final de estas fiestas.
Tako para la última nota musical
Solo unos minutos antes, los ejeanos Tako habían sido los encargados en esta ocasión (están celebrando su 40 aniversario sobre los escenarios) de poner la nota musical final. Y lo hicieron, no fue, obviamente, ninguna sorpresa, a ritmo de rock, de su rock guitarrero y potente. Todo el mundo esperaba a ver cómo iban a llevar el ‘Somos’ de José Antonio Labordeta a su terreno, pero ante la banda le regaló a los espectadores la interpretación de dos temas de su extenso repertorio, ‘A las puertas del deseo’ y ‘Carpintero de condenas’.
Por cierto, aunque ha habido división de opiniones en la plaza (en realidad, siempre las hay cuando se versiona alguna canción), el ‘Somos’ de Tako ha sonado con la fuerza que desprende la letra de los versos del malogrado Labordeta hace ya 15 años.
Y tras sentirse como «esos viejos árboles», la procesión de miles de personas se ha trasladadp a la ribera a despedir, sin lágrimas (eso sí), unas Fiestas del Pilar un día más largas de lo habitual. Hasta el año que viene.