Ferit, desesperado porque su padre sigue en la cárcel, ha ido a buscar a Seyran y la ha encontrado acompañada de un joven, Akin. Justo en ese momento, ha recibido una llamada que lo ha cambiado todo: Pelin se ha puesto de parto.
Han corrido todos al hospital. Allí, el ambiente no podía ser más tenso: Ferit y Serter, los dos posibles padres, esperaban noticias, mientras Seyran esperaba fuera con Akin.
La espera ha terminado con la peor noticia posible. El doctor ha salido para comunicarles la gravedad de la situación de Pelin: “Es crítica. Es posible que tengamos que elegir entre la madre y el bebé, lo siento”.
Ferit se ha quedado completamente destrozado. En su mente, han vuelto todos los recuerdos de sus peleas con Pelin. Superado por la culpa y el miedo, Ferit se ha roto, incapaz de procesar la idea de tener que tomar una decisión tan terrible y sintiendo que, una vez más, ha fracasado en proteger a la gente que le importa.