La primera vez que Conchi Troncoso, de 58 años, se notó una anomalía en su pecho fue en 2014. «Estaba en la ducha y me noté un bultito. Lo primero que me dijeron fue que era muscular porque trabajaba en el campo, pero me hice una mamografía», narra a El Correo de Andalucía. El resultado: «Estaba bien». Sin embargo, al año el problema había crecido. «Siguieron sin darle importancia, me dijeron que había retrasos en Chiclana». Una nueva mamografía dio resultado negativo en 2016. En 2017, llegó la tercera en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz: «Me dijeron que tenía cáncer en estadio III A».
Le diagnosticaron un carcinoma lobulillar infiltrante de mama izquierda. Un radiólogo le llegó a exponer que «no había por dónde coger las mamografías anteriores», refiere Conchi. «Lo pasé muy mal; me veía en un ataúd», expone una mujer que se vio muy afectada psicológicamente por lo ocurrido.
Finalmente, Troncoso fue intervenida en julio de 2017 de mastectomía radical y linfademectomia nivel II Berg, con diagnóstico de carcinoma lobulillar pleomórfico de 7 cm, con afectación tumoral ganglio. Las secuelas de lo ocurrido han sido: una mastectomía radical, linfadenectomía axilar, incapacidad absoluta reconocida por el INSS para todo trabajo, graves daños estéticos, físicos y psicológicos, pérdida significativa de calidad de vida, necesidades de rehabilitación y cuidados continuados.
Conchi junto a un búho. / Cedida
Tras lo ocurrido, contactó con el Defensor del Paciente y Damián Vázquez, colaborador jurídico de la asociación y abogado especialista en derecho sanitario. Llevaron al SAS a los tribunales y lograron una condena y una indemnización por lo ocurrido: la mitad de lo que solicitaban, algo más de 80.000 euros. Sin embargo, recientemente el TSJA ha rebajado a 25.000 euros la indemnización que deberá pagarle el Servicio Andaluz de Salud, a pesar de reconocer que hubo negligencia, al entender que es «lo justo» y aplicar la doctrina de la ‘pérdida de oportunidad’.
«Yo no quería indemnización», reconoce Troncoso, «yo quería que esto no volviera a suceder». Lo dice porque ella no se puede «permitir ir a un seguro privado», como otros tantos andaluces. Conchi «sí» cree que los fallos en el cribado del cáncer de mama están relacionados con lo que le ocurrió a ella y a otros pacientes. «Hay mucha falta de médicos, hacen falta más recursos públicos».
«Un ejemplo de los fallos organizativos»
El Defensor del Paciente reconoce que el caso de Conchi es «un ejemplo de los fallos organizativos en el protocolo de detección del cáncer de mama desde hace tiempo para las pacientes andaluzas». «Numerosas pacientes sufren omisiones y demoras que comprometen su pronóstico, con casos ya judicializados y posibles muertes vinculadas a estos errores», apuntan desde la asociación relacionándolo con el «grave escándalo que afecta al sistema de cribado de cáncer de mama» que le ha costado el puesto a la consejera de Salud, Rocío Hernández, esta misma semana.
La asociación pide «reformas profundas y el refuerzo urgente de medios humanos y técnicos para evitar la repetición de negligencias que, como en el caso de esta paciente, conllevan daños irreparables y graves perjuicios para la salud».
El TSJA le reduce la indemnización
El pasado mes de junio, Conchi Troncoso vio reducida la indemnización por este caso de negligencia. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía revocó parcialmente la condena al SAS que impuso el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Cádiz.
«Se acuerda la responsabilidad patrimonial del SAS en la cuantía de 81.465,52 euros», contenía el primer fallo. Sin embargo, la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía estimó parcialmente el recurso del SAS. «Revocamos en el único sentido de reducir la indemnización concedida a la actora a la cantidad de 25.000 euros, más intereses legales desde la fecha de la reclamación», expone el nuevo fallo ya firme.
La primera de las sentencias señala «que se ha acreditado el mal funcionamiento administración sanitaria, ante el error de diagnóstico inicial y posterior demora diagnostica del cáncer de mama de la actora». «Debió habérsele realizado un estudio más completo para descartar un posible carcinoma lobulillar», expone.
«No deja de resultar sorprendente que el 20-3-17 se informe que no existía lesión alguna, y en abril del mismo año sea diagnosticada de un carcinoma lobulillar infiltrante de M, estadio III A, tras la realización de una ecografía el 25-04-17«, estima la sentencia.
El TSJA rebaja la «indemnización» por no tomar el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo, número 2 «en consideración el hecho de que, aun en el supuesto de que se hubiese detectado el cáncer desde un primer momento, gran parte de las lesiones que sufrió la actora y gran parte de los días de impedimentos, sin que sepamos cuantos, también hubieran acontecido».
La argumentación de la sala recoge que para estimar la nueva indemnización, sin embargo, que «teniendo en cuenta la gravedad misma de la enfermedad, que la demandante recibió todavía a tiempo el tratamiento adecuado y que se ha restablecido aun con serias secuelas, a la Sala, sopesando alternativas, dentro de las capacidades de respuestas del sistema, le parece justa estimación la de 25.000 euros».
No estamos conformes
Esta sentencia ha sido, en realidad, tanto por su escasa argumentación como por la rebaja, un jarro de agua fría para Conchi y su representación legal. Ha mostrado su sorpresa por la aplicación de la «pérdida de oportunidad, porque no sabemos qué hubiera pasado si se le hubiera cogido a tiempo«. «Daño lo tiene y mucho», explica Vázquez.
El letrado agradece las sentencias que reconocen la negligencia pero «no estamos conformes con la reducción de la indemnización solicitada, máxime con los importantes daños y secuelas causadas a la paciente, incluido la extirpación del pecho, que se podría haber evitado con un diagnóstico temprano y adecuado».
Eso sí, «consideramos acreditado el mal funcionamiento de la Administración sanitaria, ante el error de diagnóstico inicial y posterior demora diagnóstica del cáncer de mama de la paciente, máxime cuando desde el año 2014 ya presentaba bultos en sus mamas, siendo precisamente el mismo lugar donde se ha diagnosticado con fecha 29-05-2017 el cáncer de mamas, BIRADS 4, con biopsia que confirma lesión infiltrante carcinoma lobulillar».
Una avalancha de demandas contra el Servicio Andaluz de Salud
En las próximas fechas, el SAS tendrá que enfrentarse a una serie de demandas por los fallos en el cribado del cáncer del mama en Andalucía similares a la de Conchi. Por el momento, son muchas las mujeres que se han puesto en contacto con las distintas asociaciones y despachos de abogados para reclamar lo ocurrido a través de la vía judicial.
Rubén Sánchez, portavoz de Facua, ha resaltado que ya son 59 las mujeres que se han sumado a la plataforma lanzada por la organización de consumidores para presentar una demanda conjunta. Otras han contactado con Amama para ver cómo reclamar su caso y con el Defensor del Paciente.
Igualmente, hay afectadas que han llamado a despachos de abogados. Son varias las que han hablado con el bufete de José Antonio Sires. El letrado sevillano ya ha anunciado que, además, de intentar poner una demanda colectiva por lo ocurrido y asesorará gratuitamente a las mujeres.