En pleno (y renacido) conflicto lingüístico en torno al valenciano, en torno a su origen y denominación, en torno a sus formas, acentos o estatus de oficialidad, se abre un nuevo escenario. El presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó, pretende impulsar su reconocimiento público en un ámbito poco explorado hasta ahora: quiere fomentar su presencia en el ámbito digital, donde es residual.
Según ha sabido este diario, la corporación provincial va a iniciar gestiones con vistas a conseguir que se apruebe el dominio .val. Se trate de los caracteres que aparecen detrás de los nombres de las páginas web, como por ejemplo .com, .org, o .net, algunos de los más utilizados y conocidos.
Estas extensiones son conocidas como gTLD, dominios genéricos de alto nivel. Cada cierto tiempo, y en 2012 fue la última ocasión, se abre una ronda para la petición y aprobación de estas terminaciones. Quien lo gestiona es una entidad sin ánimo de lucro con base en Estados Unidos y llamada Internet Corporation for Assigned Names and Numbers (ICANN).
A través del área de ‘Foment de l’ ús del valencià’, que depende de su presidencia, Mompó aspira ahora a conseguir lo que no se pudo en 2012, la última convocatoria. En las últimas décadas, otras comunidades lingüísticas han logrado el reconocimiento a su lengua. Este mes de septiembre se han cumplido 20 años del dominio .cat, pero también más recientemente se aprobó el .gal para el gallego o el .eus, para el euskera. En 2014, el entonces presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, celebraba la apuesta de su gobierno por el dominio ‘.gal’, que convirtió esta terminación en la de referencia para todas sus iniciativas en internet. Nada de eso ha ocurrido en la Generalitat Valenciana.
Mompó, que se ha perfilado en estos dos años de legislatura como el nuevo referente valencianista del PPCV (una plaza que estaba vacante en el PP de Mazón tras la superación del campsismo), ha hecho suya una propuesta de Óscar Rueda, vicepresidente de Lo Rat Penat. El Cercle Isabel de Villena, que agrupa a filólogos de la llamada ‘tercera vía’, también reclamaba tras las últimas elecciones a las Corts y la Generalitat “tratar de conseguir el dominio en internet .val, que ofrezca una realidad digna y adecuada para el valenciano”.
En todo caso, no se trata de una iniciativa de nuevo cuño. Hace ahora dos décadas, varias entidades de diferente tonalidad dentro del valencianismo político y cultural trataron de impulsar una campaña para tratar de que la Generalitat reclamara un dominio propio. Ni hubo respaldo político ni se logró articular una iniciativa privada que desde la sociedad civil reuniera voluntades y fondos.
200.000 euros
Y es que no es un proceso fácil. No es una simple declaración de voluntad. Hace falta músculo institucional y también presupuesto. El ICANN requiere una tarifa de 227.000 dólares para llevar a cabo el proyecto. Además, una institución debe hacerse cargo de regular el dominio. En el caso catalán, existe una fundación privada (puntCAT) que es la titular del dominio. En su caso fue un movimiento de largo recorrido, desde los años 90 hasta 2005, cuando lograron el primer dominio de una lengua.
La Diputación de Valencia se muestra dispuesta a ejercer ese papel, a ocuparse de esa función de regulador del dominio .val. La idea es impulsar su uso entre asociaciones e instituciones, impulsar que haya páginas o versiones de las web en valenciano, e incluso fomentarlo como requisito para el acceso a ayudas.
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