Joel Álvarez (23-3) firmó una presentación más que notable en su estreno en el peso wélter de la UFC al vencer por decisión unánime (30-26) a Vicente Luque en UFC Río de Janeiro. El español controló los tres asaltos, batió su registro de golpes significativos dentro de la promotora y, con su habitual agresividad pero gran madurez, abrochó un triunfo que le abre la puerta del ránking de las 170 libras. Es la primera victoria de su carrera profesional que se define en las cartulinas, aunque por insistencia y búsqueda de la finalización no fue.
Un inicio de control y un susto aclarado
Álvarez arrancó mandando con el jab, mientras Luque intentaba minar sus piernas. Sereno, el gijonés se adueñó del centro de la jaula. Con pocos intercambios, el brasileño empezó a sentir la pegada del “Fenómeno” y su rostro se enrojeció. A mitad del primer asalto llegó una acción confusa: una derecha lateral de Álvarez impactó en Luque, que cayó pensando en un posible piquete de ojos.
Álvarez ante Luque / UFC
El árbitro indicó de inmediato que el golpe había sido legal y el propio Luque pidió disculpas, en un pasaje en el que sobrevoló incluso la opción de un TKO. Tras la reanudación, ambos desataron una breve tormenta de golpes curvos a la mandíbula que encendió el pabellón. Los puntos del primer asalto fueron para la esquina del español.
Superioridad en el suelo y un 10-8 claro
El segundo round mostró la mejor versión de Álvarez: violento y a la vez cerebral. Luque buscó el derribo, pero el español lo defendió con solvencia y transicionó hasta posiciones ventajosas, amenazando con un D’Arce choke que estuvo cerca de cerrar. Desde ahí activó el martillo: ground and pound constante y trabajo paciente en busca de la finalización. El brasileño se cubría ante el dominio total de su rival. El paso de los minutos y el esfuerzo drenaron algo la gasolina del asturiano, lo que permitió a Luque sobrevivir, pero la paliza fue considerable. La sensación al sonar la bocina fue de 10-8 para Álvarez; de hecho, en la esquina del carioca se llegó a sugerir la rendición, un momento insólito que el propio luchador desoyó para continuar.
Gestión inteligente en el cierre
El último asalto arrancó más pausado. Álvarez, fatigado tras sus intentos de someter en el segundo, optó por gestionar la ventaja sin asumir riesgos, incluso controlando desde una posición de triángulo que inmovilizó a Luque durante largos pasajes. El pleito se apagó entre escasos sobresaltos hasta la lectura de las tarjetas, un triunfo claro para Álvarez enfrente a un veterano muy contrastado de la compañía como Luque, que en ningún momento tuvo oportunidad de llevarse el pleito.
“Estamos contentos. No es la victoria que esperábamos porque siempre buscamos la finalización, pero he cumplido el sueño de compartir jaula con una referencia como Luque. Es un guerrero; me he tenido que esforzar”, declaró Álvarez a los micrófonos de Michael Bisping tras el combate.
Sobre el incidente del primer asalto, aclaró: “Noté que mi mano entró bien; iba cerrada, no con los dedos abiertos. Por mala suerte le fue al ojo, pero para mí no cambió nada. Se levantó y seguimos peleando.”