los desafíos de contar una historia de fantasmas desde la perspectiva de un perro

Los perros suelen ejercer dos funciones en el cine de terror. Por un lado, pueden ser antagonistas como el San Bernardo rabioso de ‘Cujo’ o el monstruoso Rottweiler policía de la película llamada como esa raza. Por otro, pueden estar ahí como víctimas especialmente dolorosas e incluso ser los primeros en caer, como sucedía imperdonablemente en la primera entrega de ‘Expediente Warren’. Menos usual es que sean los héroes absolutos de la función y que la historia esté contada desde su perspectiva. Por eso está llamando tanto la atención, enamorando en festivales y triunfando en taquilla en Estados Unidos, ‘Good boy’ (Oficial Fantàstic Competició; en salas comerciales desde el 17 de octubre), esa pequeña pero resonante historia de fantasmas con un retriever de Nueva Escocia como estrella. 

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