La digitalización del ciclo integral del agua se ha convertido en una prioridad en territorios donde el recurso hídrico es escaso. En el Alto, Medio y Bajo Vinalopó, Hidraqua, empresa del grupo Veolia, lidera este proceso para garantizar un suministro sostenible, eficiente y resiliente. Al frente está Daniel Coloma, ingeniero de Caminos y gerente de Hidraqua en la zona, que coordina a un centenar de profesionales encargados de gestionar el agua desde su captación hasta el saneamiento.
«Algo que vemos tan sencillo como abrir un grifo y disponer de agua potable con todas las garantías tiene un gran trabajo detrás», recuerda Coloma, subrayando la complejidad que implica ofrecer un servicio continuo y de calidad en un contexto de cambio climático.
La digitalización del ciclo integral del agua se basa en el uso de tecnologías como sensores, inteligencia artificial o big data para optimizar la gestión. «A través del análisis de datos de calidad podemos tomar decisiones más rápidas y eficientes, evitando consumir más agua de la necesaria», explica Coloma.
El objetivo es mejorar la eficiencia, anticipar incidencias y reducir el desperdicio de un recurso cada vez más limitado. «El apoyo de la digitalización es fundamental para lograr la eficiencia en la gestión del agua, un recurso que tenemos la obligación de preservar», insiste.
Hidraqua, referente en digitalización
En los últimos años, Hidraqua ha desarrollado un modelo de gestión avanzada basado en la monitorización en tiempo real de instalaciones y procesos. Los sistemas de telemando permiten controlar parámetros de la red y detectar fugas o consumos irregulares. Además, la telelectura de contadores domésticos y municipales facilita tanto a la empresa como al ciudadano la detección inmediata de incidencias. «Gracias a la telelectura podemos detectar cualquier fallo o fuga al instante y reaccionar con agilidad», señala Coloma.
En materia de saneamiento, la compañía impulsa un sistema digital integral que monitoriza los vertidos y la calidad del agua en tiempo real, especialmente durante lluvias intensas. «El objetivo es proteger el entorno natural y marino y responder con rapidez a las lluvias torrenciales mediante el análisis automático de datos», añade. Ejemplos como el Depósito José Manuel Obrero o el parque La Marjal muestran cómo la tecnología ayuda a prevenir inundaciones.
Toda la información se coordina desde el hub DINAPSIS Costa Blanca, el centro de transformación digital de Veolia en la provincia. «Gracias a DINAPSIS podemos gestionar los servicios en tiempo real, anticiparnos a los problemas y actuar con precisión», explica.
Retos y objetivos en el Vinalopó
Entre los retos que afronta la comarca destacan la implantación de tecnologías emergentes —como sensores IoT o gemelos digitales—, la mejora de la eficiencia energética y la adaptación al cambio climático. En emergencias como las DANA, Hidraqua actúa con rapidez gracias a la gestión digital centralizada. «Esto nos permite responder de manera unificada y mucho más rápida ante cualquier emergencia», afirma Coloma.
La empresa también promueve la economía circular, fomentando la reutilización de agua tratada para riegos, usos industriales o prevención de incendios. «Se trata de preservar al máximo el agua destinada al consumo humano y aprovechar todo el potencial del recurso hídrico», resume.
La digitalización tiene efectos directos en la vida de los vecinos. Los sensores permiten garantizar un suministro más seguro y estable. «Podemos monitorizar la calidad del agua de manera constante, garantizando que la que llega a los hogares sea segura y de excelente calidad», afirma Coloma.
Las fugas se detectan al instante, se reducen los cortes y los usuarios pueden conocer su consumo en tiempo real, fomentando el ahorro y la sostenibilidad. «El ciudadano gana en información, control y ahorro, pero también en confianza: sabe que detrás hay una gestión responsable y transparente», añade.
Colaboración público-privada
Hidraqua impulsa el proyecto «AquaAlliance. Digitalización para la sostenibilidad», que cuenta con una subvención de ocho millones de euros del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. «Este proyecto nos permitirá digitalizar el ciclo urbano del agua en 13 municipios del Vinalopó, sensorizando redes y aprovechando los datos para optimizar la gestión», explica Coloma.
La iniciativa incluye estaciones de telemando, puntos de control de vertidos y sistemas de calidad del agua que modernizarán los servicios municipales y aumentarán la eficiencia.
Paralelamente, Hidraqua apuesta por la modernización de redes, la reutilización de aguas residuales y las infraestructuras verdes, como humedales o zonas de absorción, para mejorar la resiliencia ante sequías e inundaciones. «El cambio climático es una realidad, y nuestro deber es anticiparnos y preparar las infraestructuras para que puedan soportar fenómenos extremos sin afectar a la población», sostiene Coloma.
Conciencia ciudadana y educación
Más allá de la tecnología, Hidraqua promueve la sensibilización social. «El papel del ciudadano es indispensable: debemos ser conscientes de la importancia del agua y del valor que va a tener a corto plazo», advierte el gerente. La empresa desarrolla programas educativos como Aqualogía en colegios para fomentar el respeto y el ahorro del agua desde la infancia.
Para Coloma, el futuro del agua pasa por una gestión inteligente y colaborativa. «La digitalización nos permite avanzar hacia un modelo más sostenible, más transparente y comprometido con las próximas generaciones», concluye.
Con esta transformación, el Vinalopó se posiciona como un referente en gestión hídrica eficiente, asegurando que el gesto cotidiano de abrir un grifo y disponer de agua potable siga siendo posible en el futuro.