así lucha el país africano para evitar la fuga de riqueza al exterior del «nuevo oro»

A Nozobunie le gustaría que su marido no fuera minero. «Es peligroso y a veces hay accidentes«, afirma. El problema, dice Nozobunie, es que ni la agricultura ni los empleos casuales que su marido puede conseguir alcanzan para traer comida a casa. «Pero tampoco con las minas vivimos bien, el dinero es poco y también dependemos de ellas para el agua», dice esta mujer de 30 años, residente en una zona rural de la provincia zimbabuense de Matabeleland Norte, conocida sobre todo por sus yacimientos de carbón, oro y metano, pero donde también, con creciente frecuencia, ahora llegan noticias de nuevos proyectos relacionados con el «nuevo oro» de Zimbabue: el litio.

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