Barracones entre cajas de cartón. Así asisten cada día a clase los alumnos del nuevo colegio de Alicante, bautizado con el Número 56. Poco o nada ha cambiado la imagen del primer día que se llevaron los escolares de este centro educativo de Infantil y Primaria y sus familias. Un centro que la Conselleria de Educación decidió abrir íntegramente en prefabricadas y a contrarreloj, en el barrio del Pla-Garbinet, para atender la llegada de estudiantes fuera de plazo, la mayoría de ellos procedentes de fuera de España.
Los cartones con los que se toparon el primer día del curso siguen amontonándose junto a las aulas, por donde continuamente pasan los niños para entrar y salir al patio. Se trata de cajas de grandes y medianas dimensiones que sirvieron para embalar el material escolar y el mobiliario que recibió el centro hace apenas unas semanas, según ha podido conocer este diario, pero, que sin embargo, todavía se encuentra en las instalaciones, pese a que el colegio ya ha dado aviso para que sean retiradas, sin éxito por ahora.
Unas cajas similares dieron «la bienvenida» a los alumnos el 8 de septiembre, también visibles desde el exterior del colegio como las de ahora, en este caso pertenecientes al mobiliario que los profesores se vieron obligados a montar y a trasladar de módulo en módulo un día antes de que empezaran las clases. Parte de esos embalajes tuvieron que ser retirados también por los docentes conforme pasaron los días hasta el contenedor de reciclaje, porque ni desde el Ayuntamiento ni la Conselleria de Educación pasaron a ayudarles.
Las pizarras, los lapices de colores, los folios y el resto del material escolar ha ido llegando a este colegio a lo largo de las semanas, (al principio pagado por el profesorado y también donado y después el enviado por la conselleria) tiempo en el que los operarios han trabajado en los exteriores, casi codo con codo, mientras los niños y los profesores estaban en el aula.
Las pizarras y el material escolar han llegado a lo largo de las semanas al nuevo centro
Cajas amontonadas en los exteriores del colegio de la calle Polop, como el primer día / Héctor Fuentes
Sin juegos
Sin embargo, un mes después de que arrancara el curso en Alicante, los juegos siguen brillando por su ausencia en el patio del colegio. Una pista vacía de color azul da vida a los recreos, junto a la imaginación de los alumnos que juegan con la tierra o a los clásicos de pillar y esconderse, porque no tienen otra cosa, ni tampoco ninguna sombra, pese al calor sofocante y las temperaturas superiores a 35 grados que se han registrado en septiembre.
Poco o nada más se sabe de este centro educativo de la calle Polop, donde ni la Conselleria de Educación ni el Ayuntamiento han informado del número de alumnos que están escolarizados, ni de la previsión que hay para este curso, ni tampoco de cuándo se terminarán los exteriores.

La pista del centro educativo, sin juegos ni sombras / Héctor Fuentes
El patio carece de juegos infantiles y de sombras
Lo que sí que dieron a conocer antes de su puesta en marcha es de las seis unidades que hay para Educación Infantil de segundo ciclo, con capacidad de 150 puestos escolares y 12 unidades de Educación Primaria, con capacidad de 300 puestos escolares.
Además, el centro dispone de 27 profesores: ocho maestros o maestras de Educación Infantil, doce de Educación Primaria, dos de Inglés, dos de Educación Física, uno de Educación Musical, uno de Pedagogía Terapéutica, uno de Audición y Lenguaje, un orientador educativo y un maestro a determinar por el centro.
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