La Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Jefatura Superior de Policía de Melilla ha desarticulado un grupo criminal dedicado al tráfico de drogas entre la ciudad autónoma y Canarias, en el marco de la operación Encina. La intervención se ha saldado con la detención de dos jóvenes de 25 y 30 años, ambos de nacionalidad española, que suman entre los dos 45 arrestos anteriores y que pretendían transportar 55 cápsulas de hachís ingeridas; en total, 550 gramos de droga.
Los agentes sorprendieron a los sospechosos en la sala de salidas del aeropuerto de Melilla cuando se disponían a embarcar en un vuelo, esta vez, con destino a Tenerife, haciendo previamente escala en Madrid para que seguir su rastro fuese más complicado que con un vuelo directo.
La Policía Nacional había desplegado un dispositivo especial tras sospechar que ambos transportaban en el interior de sus cuerpos cápsulas con sustancias estupefacientes. Esta práctica se conoce como ‘mulas’, que son las personas que tragan pequeños paquetes de droga para transportarla en su organismo hasta el destino final del estupefaciente.
Las investigaciones comenzaron en julio, cuando la Udyco tuvo conocimiento de que dos individuos realizaban frecuentes desplazamientos aéreos entre Melilla y Canarias con el objetivo de introducir droga. Durante semanas, la Policía llevó a cabo vigilancias discretas en el aeropuerto hasta establecer la rutina de los sospechosos.
La operación culminó a mediados de septiembre con la detención de ambos implicados y su posterior traslado al Hospital Comarcal de Melilla, donde fueron sometidos a pruebas radiológicas. Estas confirmaron la presencia de 55 cápsulas ovaladas de plástico transparente en el aparato digestivo de los detenidos, que contenían hasta 550 gramos hachís, es decir, más de medio kilo.
Los médicos necesitaron seis días para que los arrestados pudieran expulsar de forma segura las cápsulas. El método utilizado, conocido también como body packing, supone un grave riesgo para la vida de quienes lo practican, ya que la rotura de una sola cápsula podría provocar una intoxicación mortal. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Melilla instruye la causa como un presunto delito contra la salud pública.












