Tras no estar en los Juegos Paralímpicos de París parecía haber dudas sobre su continuidad, pero la primera mitad de 2025 le ha ido bastante bien ¿qué destaca de estos meses?
Pues, aunque esa ausencia parecía que para algunos era un final de ciclo, realmente fue consecuencia de que no se permitían 3 jugadores por país. De no ser así la regla, me hubiera clasificado. En esta primera mitad de año demostré que sigo en forma, que puedo estar ahí. Queda mucho para Los Ángeles, pero en el camino quedan cosas importantes, el Europeo, el Mundial. Y yo creo que mientras siga en forma y el cuerpo aguante, voy a seguir intentándolo, porque sigo arriba, sigo entre los mejores del mundo, sigo demostrándolo y yo creo en mí.
Se marca el objetivo en Los Ángeles 2028, ¿con qué opciones se ve a día de hoy?
Sí, esa es la meta. Yo creo que todo el mundo debe tener objetivos para seguir avanzando y luchando por algo. Es el objetivo principal, pero también hay objetivos por el camino, como decía antes, este año tenemos el Europeo en Suecia en noviembre, el año que viene en Tailandia el Mundial. Hay que ir torneo a torneo, demostrándome a mí mismo y a los demás que todavía estoy ahí, que puedo luchar, que tengo nivel para estar entre los mejores y que la edad no es un hándicap, como tampoco lo es una discapacidad para poder luchar. Y yo quiero demostrar a los que han confiado a mí, como la Fundación Jóvenes y Deporte, como todas las personas que siempre están, que no se equivocan y tengo que devolverles esa confianza día a día.
Aunque la edad es sólo un número, seguro que con los años ha tenido que potenciar y modificar partes de su preparación ¿en qué difiere ahora a la de hace unos años?
Claro, el cuerpo va notando esa diferencia de energía, de fuerza, los músculos lo notan y hay que adaptarse. Hay que adaptar tu juego. Hay que jugar, a lo mejor en este caso, más cerca de la mesa, intentando que los ángulos no se abran, en mi caso, tan rápidamente. Hay que mejorar el servicio para que sea más efectivo y poder ganar los puntos más rápido para que el partido no se haga tan largo y tan cansado. Hay que cambiar cosas en los entrenamientos día a día y aun así mantener la forma física lo mejor que se pueda: la velocidad y reflejos, etc. A veces, como dicen, ‘sabe más el diablo por viejo que por diablo’, y la experiencia también es un grado y hay que aprovecharla también.
Ahora cuenta además con el acicate de la llegada de sus hijos al máximo nivel del tenis de mesa ¿ha sido algo natural o les ha incentivado?
Es un incentivo grandísimo. Que hayan elegido este deporte, que hayan seguido mis pasos, que ahora sean mis compañeros de equipo más que mis hijos, es un acicate porque entreno con ellos, los veo crecer deportivamente también y me acompañan. Cuando jugamos todavía les cuesta ganarme. Hay ese pique familiar de que ellos quieren superar a su padre, yo quiero intentar que no lo hagan todavía, pero estamos ahí ahí, y eso es bonito. Es uno de los motivos que más me mueven para seguir en este mundo, tener a mis hijos cerca, que formen parte de mi sueño de entrenarme y llegar juntos a donde estamos llegando y la verdad es que no me puedo quejar, me siento en todos los aspectos un hombre, un deportista y un jugador afortunado.
Sin ese apoyo familiar es imposible mantenerse tantos años al máximo nivel… Con qué apoyos cuenta a día de hoy en este camino que sigue recorriendo?
Por supuesto que el apoyo familiar es indispensable, es un pilar imprescindible. Pero en nuestro caso son necesarios otros apoyos, como el apoyo de la Junta de Extremadura a través de la Fundación Jóvenes y Deporte económicamente y con más cosas: que podamos estar aconsejados, estar preparados económicamente, físicamente. Es un apoyo que te hace levantarte tranquilo para ir a entrenar, para viajar y son imprescindibles. En mi caso también tengo que agradecer al Ayuntamiento de Almendralejo y Diputación de Badajoz, hay mucha gente alrededor.
¿Cree que el deporte paralímpico tiene ya, al menos, parte del reconocimiento que merece?
Tiene un reconocimiento bastante mayor de lo que teníamos hace unos cuantos años, ya se conocen las modalidades y a sus deportistas… si es verdad que se ha dado mucha visibilidad en Extremadura al deporte paralímpico. En mi caso la gente todavía me recuerda como la medalla de Río, me sigue animando para lo que viene y eso es fruto del trabajo de muchas personas,de muchas entidades, y la verdad es que quedan cosas por hacer, pero estamos en buen camino.