Para el canciller Friedrich Merz está claro que los drones avistados, sea en el espacio aéreo alemán o de otros países de la OTAN, son «un peligro para la seguridad», tanto si van armados como si son aparatos de espionaje. También le parece evidente que detrás de la mayoría de estos casos «está Rusia«, según ha afirmado en la televisión pública alemana. El canciller ha asumido como asunto propio la tarea de reforzar la seguridad contra los drones, para lo cual se creará un Centro de Defensa Antidrones.
El primer paso lo ha dado su ministro de Interior, Alexander Dobrindt, con la presentación de un proyecto de ley que amplía las competencias de la Policía y la capacita para derribar drones en casos determinados. Se habilitará una nueva unidad policial centrada en la lucha contra los drones y un Centro de Defensa que entrará en funcionamiento, según los planes del ministro, antes de que acabe el año. Se dotará así a la policía «de las capacidades técnicas» necesarias para ese cometido.
Este paquete de medidas se está acelerando tras los avistamientos recientes sobre instalaciones críticas civiles y militares del ‘land’ de Schleswig-Holstein, fronterizo con Dinamarca. Coincidieron con la alarma de las autoridades danesas por la presencia en drones sobre aeropuertos y objetivos militares, lo que llevó a Copenhague a pedir apoyo a varios aliados de la OTAN en ocasión de la cumbre de la Unión Europea (UE) celebrada en la capital danesa. A las alarmas del país vecino o en el norte de Alemania siguieron el pasado fin de semana los cierres, por dos noches consecutivas, del aeropuerto de Múnich, en el sur del país.
Intervención del Ejército
Dobrindt, de la Unión Cristianosocial de Baviera (CSU), reaccionó a los apremios del Gobierno del ‘land’, dominio de su partido, avanzando su propósito de reformar la Ley de Seguridad Aérea para posibilitar la intervención del Ejército, en caso de amenaza grave.
El Centro de Defensa se encargará de coordinar a los cuerpos policiales de los estados federados y el del Gobierno federal o central. Actualmente, la actuación en caso de avistamiento corresponde a la policía, pero en la práctica no tiene la logística que se requiere para derribarlo. Sí puede desviarlo, neutralizarlo o bloquear su sistema operativo para hacerlo caer, así como cazarlo con redes. Pero, en caso de un dron de grandes dimensiones, aparatos capacitados para volar a gran altura o militares, no dispone de los medios necesarios, sean sistemas de defensa tierra-aire o incluso cazas. Las Fuerzas Armadas, por su parte, no asumen tareas de defensa interior salvo en casos de emergencia.
Para Merz, las interferencias en el espacio aéreo no son una amenaza ambigua, sino parte de la guerra híbrida lanzada por Rusia contra Occidente. La elaboración de la futura Ley de Seguridad Aérea implica no solo a Interior, cuyo titular es del bloque conservador de Merz, sino también a Justicia y Defensa, en poder de su socio socialdemócrata.
Suscríbete para seguir leyendo