Poco a poco se van conociendo más detalles sobre el supuesto incidente protagonizado por la mallorquina Reyes Rigo y la policía israelí en la prisión de Ketziot. Rigo, la última española retenida en Israel, fue acusada de morder a una médica dental durante una revisión y no podrá regresar a España, previsiblemente, hasta el miércoles. Lucía Muñoz y Alejandra Martínez, las otras dos mallorquinas integrantes de la Flotilla a Gaza que regresaron el lunes a Madrid, han asegurado que no volverán a Mallorca hasta que su compañera no sea liberada.
A esta hora sigue sin conocerse novedad alguna sobre el estado de salud o la situación actual de Rigo. Esto ha elevado la preocupación de Martínez y Muñoz, que a su regreso han asegurado haber sido víctimas de privación del sueño, maltrato físico y psicológico y violencia institucional.
La prioridad del Gobierno es resolver cuanto antes la situación de la mallorquina retenida, aunque fuentes de Moncloa apuntan que «todavía no se han tomado decisiones» al respecto. Las mismas fuentes señalan que Rigo está siendo visitada todos los días por el cónsul español, quien está solicitando «que se cumplan y respeten los derechos humanos«.
El regreso de las activistas mallorquinas Martínez y Muñoz ha permitido arrojar luz sobre el caso de Rigo. Hasta ahora, tan solo se conocía la versión proporcionada por la policía israelí, que incluía unas supuestas declaraciones de la detenida tras su altercado con los guardias del Servicio Penitenciario de Israel (IPS). «Me atacaron, me defendí y me golpearon. No tuve otra opción», explicó según la policía ante un tribunal.
Los hechos
Martínez ha explicado que Rigo fue víctima de un episodio de extrema violencia dentro de su celda: «En un momento en que las autoridades carcelarias las obligaron a cambiar de habitáculo, las activistas se negaron a hacerlo sin los pocos colchones que habían logrado conseguir tras varias noches sin dormir. Inicialmente, los guardias accedieron a que los recuperaran, pero poco después cambiaron de decisión e intentaron retirarles los colchones por la fuerza. En ese momento, Rigo y otra activista, Nina -una mujer racializada-, quedaron algo separadas del grupo».
La mallorquina prosigue así su relato de los hechos: «Los agentes se lanzaron sobre Nina, y Reyes, al intentar protegerla, intervino. Se produjo entonces un forcejeo durante el cual ambas fueron arrastradas violentamente del pelo. Posteriormente, las dos fueron devueltas a la celda donde se encontraban el resto de activistas. Sin embargo, poco tiempo después, alrededor de una veintena de agentes de la prisión -algunos armados con fusiles de asalto- irrumpieron de forma masiva en la celda y se llevaron nuevamente a Reyes y a Nina». Ese fue el último momento en que las activistas vieron a Reyes Rigo.
Según relata, cuando exigieron información sobre Reyes antes de ser trasladadas al aeropuerto, los agentes israelíes se negaron a responder. Ante esa negativa, las activistas decidieron no abandonar la celda hasta obtener una explicación. Como respuesta, fueron sacadas por la fuerza, maniatadas y arrastradas hasta el autobús que las condujo a la deportación.
Desde entonces no se ha recibido ninguna información oficial sobre el estado de salud de Reyes, ni sobre su ubicación o las condiciones en que se encuentra. Martínez y Muñoz han manifestado su preocupación por la integridad física y psicológica de su compañera.
Aseguran, además, que lo ocurrido con Rigo no es un caso aislado, sino que forma parte de «un patrón de violencia» que sufrieron durante su secuestro. “Ese es un ejemplo del tipo de trato que hemos sufrido ciudadanos del norte global con todo el mundo mirando. Imaginad lo que pueden hacer con las compañeras del sur global y con el propio pueblo palestino”, lamenta Muñoz.
«La brutalidad de estos hechos pone de relieve la impunidad con que actúan las autoridades israelíes y la urgencia de una respuesta firme por parte del Gobierno español y de la comunidad internacional», exigen las activistas.
No volverán sin Reyes Rigo
Las activistas han comunicado que no regresarán a Mallorca hasta hacerlo con Reyes Rigo. Permanecerán en la península para continuar visibilizando el caso y presionar políticamente por su liberación.
Ambas exigen al Gobierno de España y al Ministerio de Asuntos Exteriores que actúen de inmediato para obtener información sobre Rigo, garantizar su seguridad y asegurar su retorno a España. Consideran que el Estado español tiene la responsabilidad de proteger a sus ciudadanas.
Las activistas insisten en que el trato que ellas mismas recibieron, siendo ciudadanas europeas con visibilidad pública, demuestra la gravedad de la represión ejercida por Israel: “Si esto ocurre con activistas del norte global, con el mundo mirando, es fácil imaginar lo que se perpetra cada día contra las compañeras del sur global y el propio pueblo palestino”.