«Escuchaste, kirchnerista: pudiste ganar un round, pero todavía no ganaste la batalla y mucho menos la guerra«. Javier Milei se puso al hombro la campaña electoral a 19 días de unos comicios legislativos que pueden sellar su destino como presidente. La ultraderecha había perdido por 14 puntos de diferencia en la contienda legislativa bonaerense del 7 de septiembre. Semejante traspié no puede volver a repetirse el 26 de octubre. Para recuperar la competitividad, el anarco capitalista presentó su nuevo libro llamado La Construcción del Milagro en medio de un concierto de rock que lo tuvo como voz cantante. El grupo «La Banda Presidencial» lo acompañó como si se tratara de una estudiantina. La necesidad de recuperar el voto juvenil en medio de una caída estrepitosa en las encuestas lo llevó presentarse ante unas 10.000 personas como un joven más. Chaqueta de cuero, voz aguardentosa, saltos y espasmos a lo Mick Jagger que fueron acompañados con alaridos por parte de los seguidores que colmaron un micro estadio capitalino.
«Cristina es tobillera», cantó el anarco capitalista, en alusión al dispositivo de seguridad que le colocaron a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner para el cumplimiento de su prisión domiciliaria de seis años. Milei se atribuyó la condena como parte de la ofensiva publicitaria tendiente a capturar el voto desencantado con un Gobierno que en los últimos meses no hizo más que tratar de apagar el fuego de los escándalos.
El extertuliano televisivo no hizo ninguna mención a José Luis Espert, quien debió renunciar a su postulación en la provincia de Buenos Aires, la más importante de Argentina, debido a sus conexiones con Federico «Fred» Machado, el empresario detenido en la Patagonia y acusado de narcotráfico en Estados Unidos. La posibilidad de que en las tres semanas que faltan para las elecciones surjan nuevas denuncias contra Milei o su entorno por este mismo tema parece estar a flor de piel. Uno de los fundadores de La Libertad Avanza (LLA), Gastón Alberdi, el partido oficial, señaló este lunes que no solo Espert tenía vínculos con Machado sino el propio presidente en sus días de tertuliano televisivo.
«Soy capitalista», cantaron los asistentes que también vivaron a Donald Trump. Milei cantó «Aba Nagila», la tradicional canción de las judías, para honrar su alianza con el premier de Israel, Benjamín Netanyahu, a quien consideró un «bastión de Occidente». Su libro ya tiene asegurada una edición en hebreo. «Quiero dar las gracias a los jóvenes de La Libertad Avanza de todo el país porque la victoria en la batalla no depende de la cantidad de soledad sino de las fuerzas que vienen del cielo», señaló en alusión al libro de Los Macabeos. Con su presentación, Milei intenta encauzar una campaña dañada por el escándalo de Espert, las sucesivas derrotas parlamentarias y lo que los sondeos marcan como un cambio en el estado de ánimo social. La imagen del presidente ha pasado del 51% al 37%.
Reacciones
«Esta gente está enferma», dijo el diputado opositor, Leandro Santoro sobre el acto y concierto presidencial. «Por más karaoke que hagan, nadie olvida la estafa $LIBRA, el 3%, el narco financista», dijo la dirigente peronista Malena Galmarini, en relación al «criptogate» y la trama de sobornos en la Agencia Nacional de la Discapacidad (Andis) que involucran a Karina Milei, así como el caso Espert. Galmarini se preguntó si la ultraderecha festejaba «la represión a jubilados (pensionados), la destrucción del sistema universitario y tecno científico, los mega tarifazos, que los salarios se desplomaron, el paro, el fentanilo, los contratos falsos mientras se pudrían los alimentos».
Fragilidad económica
Las aspiraciones electorales del oficialismo dependen esencialmente del repunte de una economía en recesión, con 15.000 pequeñas y medianas empresas cerradas, y, en particular, de la capacidad del Banco Central para contener el precio del dólar. El secretario del Tesoro de los Estados Unidos Scott Bessent confirmó tras su reunión en Washington con el ministro de Economía Luis Caputo que la administración de Trump acudirá en ayuda de Milei para que no se derrumbe su programa económico. «Continuaremos nuestras productivas conversaciones sobre las diversas opciones que el Tesoro tiene preparadas para apoyar las sólidas políticas de Argentina», dijo Bessent. Entre esas acciones figuran la compra de bonos argentinos y un préstamo de 20.000 millones de dólares. Caputo también se reunió con Kristalina Georgieva, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Ella volvió a prodigar elogios a lo que Milei llama el «ajuste más grande de la historia». Argentina es el principal deudor en la historia del FMI. Un 63% de sus créditos totales del organismo fueron destinados al país sudamericano, que debe más de 60.000 millones de dólares. La oposición sostiene que gran parte de esa masa monetaria ha servido para la fuga de capitales.
Pocos días antes de los comicios, Milei será recibido en el Salón Oval por el multimillonario republicano. La ultraderecha espera que ese gesto contribuya a mejorar las chances oficiales. De acuerdo con la consultora Zubán-Córdoba, más del 60% de los argentinos tiene una imagen negativa de Trump.
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