El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado que la artista japonesa Fumiko Negishi, exayudante del taller del pintor valenciano Antonio de Felipe, es coautora de 221 de sus obras pictóricas. El fallo consolida así la coautoría de algunos de los más emblemáticos del pop art español reciente como Salvar al soldado Chaplin o La rebelión de los clones. También siete retratos de Marilyn Monroe adquiridos por el IVAM y por los que el gobierno de Francisco Camps llegó a pagar 132.000 euros.
La Sala Civil del Tribunal Supremo desestima el recurso presentado por uno de los más destacados nombres del «pop art» español contemporáneo contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que le condenó a comunicar a quienes hubiesen sido compradores de esas 221 obras que Fumiko Negishi es coautora de las mismas. También le condenó a emitir un certificado en consonancia con esa coautoría y a publicar un anuncio a su costa en una revista del sector del arte de difusión nacional informando de la coautoría de esas pinturas.
«Es algo tan tremendamente injusto que se me saltan las lágrimas», ha dicho De Felipe en declaraciones a este periódico minutos después de conocer la sentencia, y ha pedido tiempo para «asimilarla».
El Supremo considera que ha quedado acreditados que Negishi mantuvo una relación de colaboración durante años con Antonio de Felipe, y que pintaba cuadros en el estudio del artista conforme a las indicaciones que éste le proporcionaba, aunque por las tardes se dedicaba a pintar su propias obras en su casa.
Fumiko Negishi. / Fernando Bustamante
«¿Yo un fraude?»
Fue en 2017, cuando Negishi presentó una demanda en la que reclamaba la autoría de estas obras o subsidiariamente su coautoría. Negishi trabajaba con De Felipe en el estudio del valenciano en Madrid y quería reivindicar, por ejemplo, su firma en doce retratos de Marilyn Monroe, algunas de las cuales llegó a comprar el IVAM, bajo la dirección de Kosme de Barañano. El gobierno de Francisco Camps pagó por ellos 132.000 euros.
«Yo, un fraude? ¡Todo lo contrario! Soy puro arte en todo. Es que es tan evidente que ella no hacía mi obra. Antes, ahora y siempre seré Antonio de Felipe», señalaba el pintor sobre la denuncia de su ayundante en una entrevista a Levante-EMV en 2022. «Quien conoce bien mi trayectoria sabe la verdad -subrayaba también allí-. Y 32 años de trabajo no se sustentan en un ayudante. Un ayudante tiene tareas técnicas, no artísticas. Te puedo enseñar por capas lo que ella ha hecho en cuadros y lo que he hecho yo. Es como si un técnico que trabaja en una película de Almodóvar exigiera la coautoría porque ha puesto, por ejemplo, la iluminación.
«No sé si me compraría un cuadro suyo»
Fumiko Negishi, licenciada en la universidad de Arte y Diseño de Joshibi (Sagamihara, Japón) y con varios reconocimientos tanto en su país de origen como en el de acogida, formó parte del equipo de De Felipe hasta 2016, cuando el pintor decidió acabar su relación con ella sin reconocerle su colaboración y sin indemnizarla. En una entrevista concedida en 2017 a Levante-EMV con ocasión de una exposición en la Galería Cuatro, Negishi señalaba recordaba que estuvo desde 2006 trabajando para De Felipe y que, en su opinión, tras su incorporación al estudio del valenciano las obras cambiaron. «Antes eran más sencillas y yo fui incorporando más fotos, por ejemplo».
Recuerda que trabajaba en un espacio en el estudio de De Felipe pero que «no tenía contacto con sus clientes» y que «tampoco debía decir en voz alta que trabajaba para él, pero mi familia y conocidos sí lo sabían». «Había días que lo veía y otros que no porque siempre estaba muy ocupado».
Señala además que no era la única «colaboradora» del artista, que había otros pintores como ella, pero que ella era la única que estaba «de manera más continua». «Aunque no es muy habitual que un artista tenga pintores trabajando así para él», señala Negishi, quien recuerda que trabajaba unas cinco horas diarias para el valenciano. De la obra de De Felipe decía que «hoy en día no sé si compraría un cuadro suyo», lo que tiene claro es que ahora hace el arte que quiere y no el que le llega por un boceto de terceros.
Rol relevantísimo
Un Juzgado de lo Mercantil desestimó primero la demanda de Negishi y argumentó entre otras razones, en cuanto a la coautoría, que exigiría que los dos autores hubiesen trabajado en plano de igualdad, sin jerarquía ni subordinación alguna, algo que no concurría en este caso porque existía una relación de jerarquía y dependencia entre las partes.
Sin embargo, la Audiencia de Madrid estimó el recurso de apelación presentado por Negishi contra esa primera resolución, y estimó su demanda como coautora de las obras. Sin discutir el papel primordial de De Felipe en el alumbramiento de la idea, consideró claro que Negishi tuvo un rol relevantísimo en su ejecución y puso en juego una capacidad de expresión artística propia.
Simbiosis artística
La Audiencia concluyó que «el resultado final fue el fruto de una suerte de simbiosis artística fruto de la colaboración entre dos profesionales de la pintura, uno capaz de imaginar escenografías sugestivas (De Felipe) , y otro capaz de expresarlas en un lienzo, (Negishi), en colaboración con aquél e incluso accediendo a sus indicaciones, en la fase de ejecución de la obra pictórica».
Por eso, rechazó que la tarea de esta artista fuese una pura labor mecánica, como si no hubiese sido más que una simple herramienta del demandado para pintar.
Ahora, el Supremo añade: «No se trata de entender que cualquier ayudante técnico (de taller) pueda considerarse autor de una obra de pintura en cuya ejecución haya intervenido, sino que en el presente caso era Fumiko quien en la soledad del taller era capaz de plasmar en el cuadro las ideas o bocetos de De Felipe y, aun cuando recibiera indicaciones o instrucciones, ello implica tomar decisiones y plasmar su personalidad en cada cuadro».

Antonio de Felipe, en su estudio de València. LEVANTE-EMV / L-EMV
Sin parar de trabajar
En los últimos meses De Felipe ha estado inmerso en un nuevo retrato a Tita Cervera (ya tiene un retrato suyo elaborado por el pintor en su museo de Madrid), en la grabación de un documental para Netflix sobre su vida, la preparación de una exposición digital sobre Divas en Madrid y en el rediseño de la imagen del Patronato de Turismo de Cádiz.
El pasado enero reconocía en un reportaje para Levante-EMV que, tras un periodo raro, estaba atravesando por uno de sus mejores momentos creativos y de popularidad, gracias también a su colaboración con Isabel Pantoja. El valenciano ha sido el autor del doble CD y libro ilustrado con el que la tonadillera celebra sus 50 años de carrera, un trabajo que le ha devuelto al escaparate.
«Hacer la carátula del disco, el libro y demás ha sido un proyecto muy apetecible y singular. El hecho de que pensara en mí me enorgullece, la verdad. Ella tenía una obra mía de hace 30 años y por eso me hizo el encargo. Fue un reto que asumí con mucha ilusión y ha quedado chulo. Isabel Pantoja es un auténtico icono pop, y no pop, en este país», relataba De Felipe en su estudio valenciano rodeado de cuadros con imágenes de divas como Audrey Hepburn o Marilyn Monroe, colecciones de vacas, latas de coca-colas, infantas, meninas y demás creaciones que se ‘esconden’ tras un portón de la calle Caballeros, a un minuto de la Iglesia de San Nicolás, donde tiene su estudio. «Cuando vengo a València ésta es mi burbuja», apunta.
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