La última semana del periodo de aceptación de la oferta de compra (opa) del BBVA sobre el Sabadell está siendo un campo de batalla que las dos partes combaten metro a metro en todos los frentes. La entidad catalana ha anunciado este martes que ha pedido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) «que adopte, de manera preventiva, un criterio público que deban cumplir todos aquellos accionistas de la entidad que quieran hacer públicas sus intenciones sobre la opa, con el objetivo de evitar potenciales manipulaciones de mercado«.
Su objetivo declarado es evitar que haya inversores que anuncien que van a acudir a la primera opa para provocar que se produzca una segunda, cuando su intención real sea aceptar solo la segunda porque podría tener mejores condiciones. «Aquí va a haber mucha liebre: el interés de los que tienen interés (en aceptar la oferta del BBVA) es que vayan otros para llegar al 30% y poder disfrutar de la segunda opa», aseguró su consejero delegado, César González-Bueno, este domingo en una entrevista en EL PERIÓDICO.
También es una reacción al «anuncio realizado por Algebris Investments con respecto al canje» la semana pasada. El fondo, propietario del 0,05% del capital del Sabadell según ‘Bloomberg’, anunció su intención de acudir a la opa. González-Bueno le restó entonces importancia («Tienes menos acciones que yo»). Pero en el entorno del banco se vincula la postura del fondo a que tiene en cartera una posición importante de deuda de la entidad y podría estar interesado en que el BBVA la amortice.
Así se entiende mejor la petición que ha trasladado la entidad catalana a la CNMV: «Banco Sabadell ha pedido que exija a todos estos inversores que detallen cuál es su participación total en acciones de la entidad, que aseguren de forma firme e irrevocable que van a ir por el 100% de su posición y que comuniquen cualquier tipo de interés adicional existente, incluyendo la titularidad de otros valores o instrumentos de deuda o capital regulatorio de Banco Sabadell».
Revisión y corrección
El banco también ha solicitado al supervisor que revise las aceptaciones de aquellos inversores que públicamente comuniquen su intención de aceptar la opa, «con el objetivo de asegurarse de que cumplen lo anunciado». Asimismo, le ha pedido que «se corrija de inmediato la actuación particular de cualquier accionista que haya manifestado ya públicamente su intención de acudir a la opa, con el objetivo de que aporte toda la información que permita a los inversores disponer de los elementos de juicio necesarios para una adecuada comprensión de la posible motivación de la comunicación».
El banco argumenta que tiene «preocupación por que determinados inversores quieran manipular al mercado comunicando su intención de acudir a la OPA con el único objetivo de garantizar que se alcanza el 30% de aceptación y se produzca, por tanto, una segunda opa obligatoria y en efectivo, en caso de que BBVA quisiera seguir adelante con la adquisición de la entidad. Este tipo de actuaciones, particularmente si estos inversores no acudiesen finalmente con todas o parte de sus acciones de Banco Sabadell a esta primera OPA, podrían ser constitutivas de manipulación de mercado, por emitir indicios o señales falsas o engañosas a cuenta de la oferta o demanda de acciones de Banco Sabadell».
Si la primera opa obtiene una aceptación superior el 30% del capital social del Sabadell pero no llega al 50%, el BBVA tiene la opción legal de bajar el umbral mínimo de aceptación con el que se conformaría del 50% al 30%. Pero ello le obligaría a lanzar una segunda opa por el resto del capital en el plazo de un mes y en efectivo a lo que la ley de opas califica como un «precio equitativo». La misma norma establece que dicho precio será «no inferior al más elevado» pagado por el BBVA en los 12 meses previos (el de la primera opa, como mínimo), así como que se «calculará como la media ponderada de los precios de mercado de los indicados valores en la fecha de adquisición».
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