Vendedores del Mercado de campesinos de Recimil reclaman poder aparcar detrás de sus puestos para salvaguardar la mercancía

Los
vendedores campesinos del mercado de Recimil, en Ferrol, han alzado
la voz para solicitar al Ayuntamiento que les permita volver a
estacionar sus vehículos justo detrás de sus puestos de venta. La
principal razón de esta demanda es poder utilizar los coches como
almacén cubierto y resguardo para sus productos de proximidad, según
manifestaron a COPE.

«Nosotros,
que somos campesinas en el mercado de Recimil de producto de
proximidad, reclamamos poder poner nuestros coches otra vez detrás
en nuestro mismo puesto, detrás de donde estamos vendiendo,»
explicó una de las vendedoras. El objetivo es simple: «tener
una mercancía cobijada» para poder taparse ellas y proteger sus
artículos, como patatas y cebollas, los días de lluvia, ya que las
condiciones actuales resultan «antihigiénicas».

Los
vendedoras señalaron que el problema de aparcamiento se agrava los
lunes y miércoles, días de mercadillo, cuando el espacio es «muy
necesario» para los clientes y otros vendedores ambulantes.
Permitirles aparcar en su puesto solucionaría dos problemas a la
vez, como un tema logístico, ya que los coches servirían de
«almacén» y sus vehículos dejarían de ocupar las plazas
de aparcamiento públicas.

Una
de las mujeres, argumentó que estacionar los coches justo detrás no
molesta ni perjudica a nadie, ya que «no nos molestamos a nadie
con el coche aquí».

Los
campesinos insisten en que permitirles esta práctica no supondría
un coste para el consistorio. Por el contrario, la situación actual
y la aparente inacción municipal se perciben como un desinterés por
parte de las autoridades.

«Ya
que en su día decían que nos iban a poner un tejadillo, algo para
resguardarnos, pero al contrario, lo que se ve cada vez es que nos
quieren echar de aquí,» declaró uno de los vendedores.

Otra
lamentó que la falta de apoyo hace que se les estropee la mercancía
«cuando hace viento, cuando hace aire, porque las horas que echa
aquí se reseca todo».

Los
vendedores, que llevan «toda la vida» en el mercado
vendiendo sus excedentes y productos de casa, concluyeron que las
medidas actuales hacen pensar que lo que se busca es que el mercado
«se abandone todo».

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