Este martes se han hecho públicos los resultados del informe español del Estudio internacional de la enseñanza y del aprendizaje TALIS 2024. Un informe realizado por la OCDE en el que participan 55 países y que, para variar, pone sobre la mesa algunos datos que invitan al optimismo. Asegura que el clima en los centros educativos españoles es positivo: el 90% del profesorado afirma que la relación con el equipo directivo es buena (frente al 86% de la OCDE-27); aunque solo el 65% considera que las familias valoran positivamente su trabajo, en línea con el promedio de la OCDE [el divorcio entre la sociedad y su profesorado no es patrimonio exclusivo de España].
El 94% de docentes perciben que sus relaciones con los alumnos son positivas, pero solo el 65% se sienten valorados por las familias
En cambio -otra vez un dato positivo-, respecto a su relación con el alumnado, el 94% de los docentes percibe que sus relaciones son positivas. Ello a pesar de que el 29% del profesorado de la ESO declara perder mucho tiempo en clase debido a interrupciones del alumnado, 10 puntos por encima de la media de la UE (19%). Así, aproximadamente un 29% de docentes de secundaria percibe en las aulas un ambiente ruidoso o desordenado. Estas cifras sitúan a España por encima del promedio de la OCDE y de la UE (21% en ambos casos), indicando que los docentes españoles enfrentan un entorno de aula más disruptivo que la media internacional.
Los dos datos más preocupantes que aporta el informe son, por un lado, que solo el 57% de los docentes de secundaria considera adecuada su formación inicial, muy por debajo de la OCDE (77%), uno de los temas que ha marcado el debate educativo en los últimos años, tras el descalabro en PISA.
Y por el otro, en el contexto actual, con aulas cada día más diversas, el informe apunta que el profesorado español de ESO se percibe menos preparado que el promedio internacional para abordar la inclusión del alumnado con necesidades educativas especiales.
Cuatro de cada diez docentes de secundaria no se perciben competentes para compartir docencia con otros profesionales
Cuatro de cada 10 docentes de secundaria no se perciben competentes para compartir docencia con otros profesionales; 6 de cada 10 no se consideran eficaces para implicar a las familias del alumnado con necesidades educativas especiales; y 3 de cada 4 consideran que tendrían dificultades para informar sobre las políticas de inclusión educativa. En ese mismo sentido, un 40% del profesorado de secundaria en España declara sentir estrés al atender a alumnado con necesidades especiales.
Solo el 19% de docentes de ESO en España planea dejar la profesión, por debajo del 27% de la OCDE y del 24% de la UE
Pese a eso -otra vez un dato optimista-, solo el 19% de los docentes de secundaria en España planea dejar la profesión, bastante por debajo del 27% de la OCDE-27 y 24% de la UE-22. Los docentes menores de 30 años muestran una intención de abandono mínima: un 4% en secundaria y un 1% en primaria, porcentajes muy inferiores a los promedios internacionales (20% OCDE-27 y 15% UE-22).
Experiencia previa no docente
Esa baja intención de abandono casa también con el incremento del número de docentes procedentes de otros sectores profesionales. A pesar de los pesares, la docencia sigue siendo una profesión refugio, y cada día más. En el conjunto de los países participantes en TALIS, el profesorado con experiencia laboral previa- que ha trabajado entre 6 y 20 años en ocupaciones no docentes antes de incorporarse a la enseñanza– se sitúa en un 24,1% en la ESO en 2024, mientras en España, el porcentaje asciende al 32,7%, lo que supone, además, un incremento de 4,8 puntos porcentuales respecto a 2018.
El 25% de los docentes de secundaria participa en «la determinación del currículo», por debajo del 47% de la OCDE
Siguiendo con las cifras que invitan al optimismo, según la última edición de TALIS, en la que han participado 507 centros españoles de secundaria y 506 de primaria, el profesorado español disfruta de un alto grado de autonomía en decisiones directamente vinculadas a la instrucción en el aula, como la selección de materiales o herramientas digitales, aunque -siempre hay un pero- su participación es más limitada en decisiones que afectan al currículo o a la oferta de cursos del centro. Así, el 89% del profesorado de ESO elige los materiales de aprendizaje, superando en 12 puntos al promedio de la OCDE, pero solo el 25% de los docentes de secundaria participa en «la determinación del currículo», por debajo del 47% de la OCDE.
En secundaria, el profesorado español declara tener autonomía «sustancial» o «plena» en los distintos aspectos de la planificación y enseñanza con los siguientes porcentajes: 73% para implementar el currículo de manera flexible (75% de promedio en la OCDE), 74% para elegir actividades de evaluación (frente al 78%), 61% para seleccionar objetivos de aprendizaje (71%) y 96% para diseñar y preparar clases (frente al 93%).
Metodologías activas
En otro orden de cosas -el informe analiza frentes muy diversos-, dentro del contexto europeo, España es de los países donde las metodologías activas de aprendizaje tienen mayor implantación para las dos etapas educativas, otro de los aspectos que ha marcado el debate educativo reciente y que ha alimentado el enquistado conflicto entre ‘profesaurios’ y ‘pedabobos’. Prácticamente la mitad del profesorado español tanto de primaria como de secundaria emplea tareas sin solución evidente y que están «diseñadas por promover el espíritu crítico del alumnado». Además, 4 de cada 10 emplea la metodología por proyectos.
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