La ofensiva de las marcas chinas en todos los segmentos del mercado no ha hecho más que empezar. SUVs, eléctricos, híbridos, de gasolina, enchufables, berlinas y, claro, como no, utilitarios. La estrategia de los chinos es clara, aprovechar todas las oportunidades y colarse por todos los huecos.
Y mientras Europa se da cuenta (ahora) de que el segmento de los utilitarios es el principal camino para democratizar el coche eléctrico, ellos ya llevan tiempo preparando el desembarco. El Firefly de Nio es el último ejemplo, y hemos sido los primeros periodistas españoles en probarlo durante el Tannistest 2025 de The Car Of The Year.
Firefly Nio / Xavier Pérez
Aún recuerdo a varios directores generales y presidentes de marcas europeas afirmando categóricamente que el segmento A estaba condenado, que no era rentable y que por eso apostaban por los B-SUV y C-SUV. Mucho más dinero por cada unidad vendida. Visto lo visto, ahora muchos se la tienen que envainar y se han puesto a explorar y desarrollar como locos coches pequeños eléctricos. Pues vaya, parece que se habían equivocado. A ver si ahora resulta que la idea de los kei-cars japoneses no era tan mala.
Ventaja china
En esa huída hacia adelante del coche eléctrico pequeño, las marcas chinas (también) han cogido ventaja. Ahí están los Leapmotor T03 y el BYD Dolphin Surf (con el que lo hemos podido comparar directamente), sin ir más lejos. Ahora llega el Firefly, el coche pequeño eléctrico de Nio, la marca fundada en 2014 que dirige William Li y que hasta ahora mostraba en Europa vehículos más grandes como el EL8, el ET9, ET7, el EC7, el EL7 y el ET5, coches de casi cinco metros. También traerá un SUV grande como el ES8 y berlinas y cupés como el ES6 y el EC6. No contentos con eso también abren la puerta al Firefly, un coche eléctrico pequeño de bajo coste.

Firefly Nio / Xavier Pérez
En nuestra prueba exclusiva hemos podido comprobar que este pequeño urbanita dispone de todo lo esencial que le podemos pedir a un eléctrico de coste ajustado. Sin estridencias, pero con un buen dinamismo (especialmente en ciudad) y una autonomía más que respetable.
El Firfefly de Nio mide 4,003 metros de largo, dispone de una anchura de 1,781 metros y una altura de1,557 metros. La distancia entre ejes es de 2,615 metros y ofrece una maniobrabilidad ideal para la ciudad con un radio de giro de 9,4 metros. Con estas condiciones moverse y aparcar son muy fáciles. El sistema de aparcamiento automático multiescena contribuye mucho a estas cualidades.

Firefly Nio / Xavier Pérez

Firefly Nio / Xavier Pérez
Su diseño es compacto y destacan sus firma lumínica formada por un grupo de tres luces en cada óptica delantera y tres en las traseras, señal distintiva de la marca. La marca apuesta por materiales reciclados para determinadas partes como la zona inferior de la carrocería y los faldones de los laterales.

Firefly Nio / Xavier Pérez
También podemos destacar la presencia de dos maleteros de generosas dimensiones pese al reducido tamaño del coche. Delante tiene una capacidad de 92 litros y detrás de 404 litros (ampliables a 1.253 litros gracias a la modularidad de los asientos). El portón trasero dispone de accionamiento eléctrico. Su peso es de apenas 1.467 kilos. También hay dos compartimentos bajo los asientos delanteros.
Traccion trasera
Mecánicamente opta por un motor eléctrico de 143 CV de potencia que se alimenta de una batería de iones de litio de 41,2 kWh. En un futuro podría beneficiarse de los intercambiadores de batería que Nio tiene para sus modelos (en las autopistas chinas he visto más de uno), pero por el momento no están adaptados. Todo llegará.
Es un urbanita de tracción trasera. En un modo de conducción normal ofrece una autonomía de ronda lo 330 kilómetros (en modo urbano puede llegar a los 400 kilómetros). No pasa de 150 kilómetros por hora en velocidad máxima, aunque su poco peso le permite lograr el 0 a 100 km/h en 8,1 segundos.

Firefly Nio / Xavier Pérez
Nos ha gustado en sobremanera la facilidad de manejo por las carreteras del norte de Dinamarca y por las zonas urbanas de Tversted, Frederikshavn y Skagen. El interior no ofrece detalles supérfluos. El espacio es correcto y la posición de conducción es buena. Las suspensiones no son demasiado blandas, algo que es de agradecer.
Buen espacio
Los asientos delanteros (climatizados y con masaje) son bastante anchos. Hay una muy buena visibilidad, gracias también a la presencia de un volante (calefactado) rectangular y ligeramente ovalado (lo veremos mucho a partir de ahora y no solo en coches chinos, léase grupo Stellantis). Dispone de un techo panorámico de cristal.

Firefly Nio / Xavier Pérez

Firefly Nio / Xavier Pérez
El equipamiento es de alto nivel pese a lo ajustado que quieren que sea el precio. Incluso lleva un sistema para ofrecer diferentes fragancias. Ofrece como asistente a ‘Lumo’ un copiloto digital que incorpora Chat GPT (aunque de momento solo para las unidades que se venden en China).
El sistema multimedia de la pantalla central es compatible con Apple CarPlay y con Android Auto. Con un doble toque en la pantalla aparecen los controles para modificar la temperatura de la climatización, el volumen y otros elementos. No hay botones físicos. Como nota a mejorar, los reflejos de la pantalla central (horizontal) de 13,2 pulgadas. Frente al conductor dispone de una pantalla más pequeña con el velocímetro y algunos datos más. También lleva head-up display.

Firefly Nio / Xavier Pérez

Firefly Nio / Xavier Pérez
Incorpora sistema de sopnido Dolby Atmos 3D con 14 altavoces, frenado autromático de emergencia delantero y trasero, monotorización de puntos ciegos, espejo retrovisor digital, control de crucero y asistente de mantenimientode carril, llantas de aleación de 18 pulgadas.
Veremos si en su llegada a España, prevista para 2026, el Firefly Nio ajustará sus precios para ser imbatible en el bajo coste. Leapmotor está ofertando el T03 desde 19.474 euros, mientras que su otro rival directo, el BYD Dolphin Surf cuesta 19.990 euros. De momento ya se puede comprar en Dinamarca, Holanda y Noruega, con unos precios que oscilan entre los 23.550 y los 29.900 euros, algo disparados si quiere competir en España con sus rivales.