La industria española de defensa, seguridad, aeronáutica y espacio consolidó en 2024 su recuperación tras los años de pandemia, alcanzando una facturación conjunta de 16.153 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 16,2% respecto a 2023 y el mejor resultado histórico para el sector, según el informe elaborado por PwC para la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (TEDAE).
El análisis refleja que la aeronáutica civil fue el principal motor del avance, con un repunte del 19,4%, impulsado por la recuperación plena del transporte aéreo de pasajeros y mercancías. A este crecimiento se sumó el notable dinamismo de la defensa terrestre, que elevó su volumen de negocio en un 42,1%, y la solidez de la aeronáutica de defensa, que creció un 10,1%. El sector espacial, por su parte, duplicó el peso de sus actividades vinculadas a defensa, mientras que el espacio civil continuó concentrando la mayor parte del negocio.
En la presentación del informe, el secretario de Estado de Industria, Jordi García Brustenga, ha subrayado el compromiso del Gobierno con el fortalecimiento del tejido industrial vinculado a la seguridad y la defensa. Recordó que el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa moviliza 10.471 millones de euros, y que su éxito dependerá en gran medida de integrar a las pymes capaces de aportar valor en un sector altamente exigente. “El objetivo de Industria es acercar a cada pyme que pueda contribuir, porque cada pequeña empresa que sabe hacer algo es clave para construir confianza en este ecosistema. No se trata de controlarlo, sino de cuidarlo. Queremos pasar de 500 a 800 pymes involucradas el año que viene y llegar a 1.200 al siguiente, incorporando capacidades de sectores como el automóvil, la química o el textil”, ha destacado García Brustenga.
Aportación al PIB y empleo
Más allá de las ventas, la contribución del sector a la economía española fue significativa. En 2024, las industrias representadas por TEDAE generaron 21.919 millones de euros de PIB, equivalentes al 1,4% del total nacional y al 12,9% del PIB industrial. Por cada euro de PIB directo asociado a su actividad, se producen 2,2 euros adicionales en el conjunto de la economía, lo que refleja su efecto tractor sobre la cadena de suministro.
En términos de empleo, estas actividades sostuvieron 260.049 puestos de trabajo, un 1,2% del total nacional. El sector destaca además por la alta productividad de sus ocupaciones: los empleos directos son un 57% más productivos que la media de la industria española y superan en un 10% la media nacional. Cada empleo directo en estas industrias genera más de 3,5 empleos adicionales en otros sectores.
Exportaciones e innovación
El carácter internacional del sector es otro de los pilares de su competitividad. En 2024, las empresas exportaron bienes y servicios por un valor de 9.931 millones de euros, lo que supone el 61% de su facturación consolidada y un crecimiento del 20% frente a 2023. Este comportamiento positivo permitió reducir el déficit comercial de España, aportando un saldo positivo de 5.554 millones de euros, equivalente al 12,1% del déficit comercial total del país.
La complejidad tecnológica del sector se refleja en su inversión en I+D+I, que alcanzó los 2.614 millones de euros, un 29,5% de toda la inversión industrial española en este ámbito. De cada euro invertido en innovación por estas industrias, se generan 1,8 euros adicionales en el conjunto de la economía, lo que subraya su efecto multiplicador.
Contribución fiscal y presencia territorial
En materia fiscal, el sector aportó en 2024 un total de 7.399 millones de euros a las arcas públicas, cifra que representa el 2,5% de los ingresos tributarios del Estado. La mayor parte procede de cotizaciones sociales (41%), seguidas del Impuesto sobre Sociedades, IVA e IRPF.
La presencia de la industria se concentra en Madrid, Andalucía y País Vasco, comunidades que aglutinan cerca del 80% de la facturación y el empleo. Sin embargo, el estudio destaca la importancia de las pymes, que representan el 70% de las empresas asociadas a TEDAE y emplean directamente a más de 8.500 personas, contribuyendo a la diversificación territorial en regiones como la Comunidad Valenciana o Navarra.
Un sector en transformación
El informe también sitúa la evolución del sector en el marco de las megatendencias globales identificadas por PwC. Entre ellas, el cambio climático y la presión regulatoria en materia de sostenibilidad, la disrupción tecnológica con la irrupción de la inteligencia artificial y los gemelos digitales, la fragmentación geopolítica que refuerza la autonomía estratégica de los países, los cambios demográficos que reducen la disponibilidad de mano de obra cualificada y la creciente inestabilidad social vinculada a la polarización y la ciberseguridad.
En este contexto, la industria española de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio se consolida como un pilar estratégico no solo económico, sino también tecnológico y geopolítico. Según el estudio, su capacidad para combinar grandes empresas tractoras con un ecosistema de pymes innovadoras permite a España posicionarse en un terreno altamente competitivo a nivel internacional.